Por su versatilidad y su talento sigue siendo recordado el destacado actor Rodolfo Bravo. Con una exitosa trayectoria, el actor destacó en la televisión, el teatro y el cine. Hasta que un accidente automovilístico puso fin anticipado a la carrera del querido intérprete.

Nacido el 7 de septiembre de 1952, el actor estudió teatro en la Pontificia Universidad Católica de Chile. Posteriormente, se desempeñó como docente de la cátedra de Movimiento y Actuación. También impartió clases en la Academia de Arte y Cultura, el Taller 666 y en la Escuela de Comunicación Escénica del DUOC, informó Radio Cooperativa.

Dentro de su experiencia en el mundo teatral, el actor destacó por su participación en el montaje “Los payasos de la esperanza”, obra en la que compartió escenas con Roberto Poblete y Mauricio Pesutic. Originalmente se estrenó en 1977 y se había reestrenado un año antes de su muerte.

También fue parte de los elencos de “Los bufones de Shakespeare”, “La vida es un sueño”, “El burgués gentilhombre”, “Almas perdidas”, “El burlador de Sevilla” y “Muerte accidental de un anarquista”, entre otras más. Por esta última obra, Bravo ganó el premio Altazor al mejor actor teatral.

Fue en 1984 que el actor debutó en la pantalla chica. Su primer trabajo en teleseries llegó con “La Torre 10″ de TVN, donde interpretó a “Valerio Díaz”. Luego participó en “Marta a las ocho” (1985), “El prisionero de la medianoche” (1985), “La Villa” (1986) y también tuvo un papel en la serie “La Quintrala” (1987) y en “Crónica de un hombre santo” (1990).

Durante su paso por TVN, el actor fue parte de las recordadas teleseries “Ámame” (1993), “Rojo y miel” (1994) y “Loca Piel” (1996).

Tras su paso por el canal público, Bravo llegó al área dramática de Canal 13 donde participó en las producciones “Amándote” (1998), “Fuera de control” (1999), “Sabor a ti” (2000) y “Piel Canela” (2001). Esta última se encontraba en pantalla al momento de su muerte. A tan solo una semana del término de las grabaciones de la teleserie, el actor perdió la vida.

Rodolfo Bravo también tuvo destacadas participaciones en el mundo del cine. Fue parte de las películas “Consuelo” (1989), “No tan lejos de Andrómeda” (1999) y “Johnny cien pesos” (1993), donde personificó a uno de los delincuentes que intentan el asalto que inicia la historia. Fue parte de las cintas “El fotógrafo” (2002) y “Tendida mirando las estrellas” (2004), ambas estrenándose después de la muerte del actor.

La faceta humorística del actor

Sin embargo, el actor es recordado principalmente por su faceta más lúdica y sus divertidos personajes humorísticos.

A comienzos de la década de los 90′, Rodolfo Bravo junto a Pato Torres sacaron carcajadas a los televidentes con el hilarante sketch “Los Fisicoculturistas” en el programa “Mediomundo” de Canal 13.

El dúo de actores interpretaban a “Juanito” y a “Juanito”, dos amigos que practicaban esta disciplina y que provocaban las burlas de la gente en la calle. Fue ahí que surgió la frase, que parte de cada remate de sus escenas, con la que lograban sacar carcajadas a los televidentes: “¿Ridículo o ridículos?”.

Según contó Torres en “De tú a tú”, fue Andrés Rillón quién les pidió que interpretaran a dos fisicoculturistas, haciendo una parodia de las personas que practicaban esta disciplina.

Otro de sus recordados personajes fue el mecánico “Peyo” en la serie de comedia “Los Cárcamo” (1998-1999) de Canal 13, protagonizada por Gonzalo Robles.

También participó en el programa de humor “Jaguar… ¿yu?” de TVN y fue parte de “Teatro en el Canal 13″, donde hacía reír con sus divertidas obras junto a actores como Fernando Kliche, Tomás Vidiella, Luz Croxatto, Fernando Farías y Schlomit Baytelman.

Un trágico accidente

El 5 de noviembre de 2001 una noticia enlutó al mundo actoral nacional. Rodolfo Bravo falleció en un accidente automovilístico en Cajón del Maipo.

La tarde de este fatídico día, el actor se había reunido con uno de sus grandes amigos, Gonzalo Robles, con quien trabajó en distintas producciones. Pasaron varias horas conversando en un bar y, según recuerda Robles, Rodolfo andaba cabizbajo.

“Estábamos ahí en un bar cordillerano en Cajón del Maipo, arreglando la vida, me contaba sus cosas. Estaba un poquito deprimido, pero ahí tirando para arriba”, recordó Robles en “De tú a tú”. “Nos despedimos y a la media hora me llama la Inesita, la dueña del bar, que sabía que había tenido un accidente Rodolfo. Pegó el pencazo y murió al tiro”, añadió.

“Yo fui pensando que podía estar vivo. Y había fallecido. Una hue… súper fuerte, me cagó mucho porque era cómo si nos separamos ahora y desaparece uno. Estábamos hablando cosas profundas, de los amigos. Un amigo que se nos fue, un muy buen amigo”, expresó el actor.

Todo ocurrió en el Camino El Volcán, a la altura del 29600, en el Cajón del Maipo. Según informó Radio Cooperativa en aquel entonces, el actor chocó su auto -un Lada Samara- contra un poste del alumbrado público. Perdió la vida en el lugar. Tenía 49 años.

Pato Torres recordó que, apenas se enteró del accidente de su amigo, fue hasta el lugar. “Partí para allá. Veo esto y era un caos. El auto quedó destrozado. Gonzalo (Robles) lloraba a gritos, yo tratando de calmar a Gonzalo. Era una cosa tremenda”, rememoró.

Tras darse a conocer la muerte de Rodolfo Bravo, sus colegas tuvieron cariñosas palabras para recordarlo. Tomás Vidiella mencionó que era “intrínsecamente gracioso y genial, ingenioso”, agregando que “tenía una modestia bastante grande en cuanto a su talento”. Por otro lado, el actor Aldo Parodi aseguró que el mundo artístico “lo recordará por su humor y por su forma de relacionarse con sus colegas y con sus vecinos, para quienes era una persona extremadamente amable y apreciable”.

De manera póstuma se estrenó su trabajo en “Cuentos de mujer” de TVN, su participación en la serie “La Vida es una lotería” de TVN, junto con las películas “El fotógrafo” y “Tendida mirando las estrellas”. Tan solo once días después de su muerte, concluyó “Piel Canela”, su última aparición en las teleseries nacionales.