Fue poco después de que el argentino se convirtió en el entrenador de La Roja. Un día, luego de que el actor le envió un regalo, el rosarino lo llamó. Así partió todo.
¿Mejores amigos? Esa fue la pregunta que le hizo Pancho Saavedra al actor y guionista Rodrigo Bastidas, ex-Machos, en Socios de la parrilla (Canal 13).
—No, no soy mejor amigo de Marcelo Bielsa.
Sin embargo, igual entablaron una cercana relación cuando el rosarino llegó a Chile en 2007. “No hablaba con nadie”, recordó Bastidas. “Era un misterio este caballero que nadie sabía qué pensaba”.
En ese entonces, el actor era vecino Harold Mayne-Nicholls, presidente de la ANFP y artífice en la llegada del entrenador argentino a La Roja.
En 2008, se había estrenado la película Lokas, de la que Bastidas fue guionista. Él sabía que al trasandino le gustaba el cine, así que le regaló una copia en CD:
Tras ello, Mayne-Nicholls le adelantó a su vecino:
—Te va a llamar Marcelo Bielsa.
Él no le creyó y se olvidó del tema, hasta que un día, mientras estaba en su oficina, le sonó el celular. Número desconocido. “¿Aló?”, contestó. “¿Con Rodrigo Bastidas?”, le preguntaron desde la otra línea, con un calmo y trasandino acento. Bastidas pensaba que le estaban tomando el pelo.
Sin embargo, todo indicaba que realmente era el mismísimo entrenador de La Roja. “No sé si lo estoy importunando”, le dijo el rosarino. “Usted habla con Marcelo Bielsa”. Ahí ya el actor definitivamente le reconoció la voz. Era él.
“Era un tipo muy especial”
“Y empezamos a conversar y hablamos una hora”, recordó el intérprete. “Y me decía cosas muy graciosas”, contó, de hecho, Bielsa le comentaba: “La gente piensa que estoy todo el día viendo fútbol; no, yo veo cine, lo que más me gusta es el cine y veo como dos o tres películas diarias”.
En eso, empezó una dinámica en que ambos e intercambian filmes entre sí. Así empezaron una relación en que incluso Bastidas lo invitaba a su teatro Aparte, y asistió varias veces. “Por supuesto, siempre me preguntaba si habría algún periodista”, para pasar desapercibido.
“Había que tener mucho cuidado”, contó. Además, “le cargaba que la gente contara lo que estoy contando yo ahora, pero lo estoy contando 12 años después”. Sin embargo, “en su momento no dije nada, porque bastaba que uno gallo dijera ‘Estuve con Bielsa’ y lo cortaba, porque no le gustaba la cosa pública”.
“Era un tipo muy especial”, destacó. “Y la cantidad de anécdotas que tenía, eran graciosísimas”, remato.