Con 27 años, Christián Henríquez llegó a la Quinta Vergara de 2006 como un verdadero rockstar. El humorista llevaba sólo meses en Morandé con Compañía y se había presentado semanas antes en Olmué. Pese al poco tiempo de preparación que tuvo, conquistó al monstruo en una hazaña que ningún otro artista ha podido superar.
El Festival de Viña del 2006 fue una edición especial, Daddy Yankee hizo el que es considerado el mejor show de reggaetón de la historia del certamen viñamarino, con un inicio que casi dos décadas después aún todos los que vieron la presentación recuerdan: bajó del cielo en un trono plateado.
Pero ese año, alguien más estuvo en el aire antes de poner los pies en la tierra, Ruperto. El humorista fue el encargado de cerrar el festival y es recordado no solo por volar por los aires con su destreza acrobática heredada de su vida circense, sino también por ser hasta hoy el peak histórico de rating.
La noche incluía además a Franz Ferdinand y la Gran Sonora de Chile, la unión de Tommy Rey y La Sonora Palacios. Y a inicios de la década del 2000, los personajes televisivos eran la tendencia en el humor, siendo Ruperto el top del momento.
Christián Henríquez, con 27 años, estaba en la gloria. Tenía bajo el brazo su éxito en Morandé con Compañía, donde había ingresado solo a fines de 2005 como artista invitado y la rompió a la velocidad de la luz.
El 22 de enero de 2006 fue el número humorístico del Festival del Huaso de Olmué, marcando 45 puntos de rating; y su currículum se completó el 27 de febrero de ese mismo año con en el Festival de Viña del Mar, y sus 74.2 puntos que hasta ahora nadie ha podido superar.
El monstruo dominado con humor blanco
Ruperto llegó como todo un rockstar a la Quinta Vergara, ¿cuándo más se había visto que se vendieran cintillos con el nombre de un humorista? El icónico personaje pisó el escenario cerca de la medianoche, y Viña se rindió a sus pies.
Sergio Lagos fue su compañero así como lo era Kike Morandé en la televisión o Leo Caprile en El Patagual. Y pese a que tuvo menos de un mes para preparar la rutina y esta no fue muy distinta a la que presentó en Olmué, aún así conquistó al monstruo, al que tuvo cautivo por más de 50 minutos con humor blanco basado en la personalidad inocente del personaje, su dificultad para hablar porque recordemos, era un borrachito, y la clásica interacción con el animador.
“Después me llamaron muchas veces más para ir con la Rupertina o con Maikel (Pérez Jackson), pero no quisimos porque ahí aterrizaste un poco, es heavy, después ir de nuevo uno la pensaba, en estos tiempos que corren es más pelúo”, dijo Henríquez en 2023 en una entrevista con Luis Slimming para Entre broma y broma, recordando su hazaña.
Según explicó, al tener tan pocos días previos al espectáculo, literalmente se lanzó al escenario más importante de Chile con chistes que no había probado: “confío harto en mis capacidades, no se en influye esto te da el circo porque estoy acostumbrado a trabajar con gente en vivo, la cancha ayuda en ese sentido, pero eso fue heavy”, declaró.
Leer más en La Cuarta:
-La noche que censuraron a Hermógenes Conache, el rey del doble sentido, por el famoso “Soapisa”
-Marlen Olivari y su “Marlenazo” que generó teorías conspirativas en el Festival de Viña