El hijo pródigo, el predilecto, ese que goza del favoritismo de los jefazos en La Red tiene nombre y apellido: Juan Andrés Salfate. Desde su retorno a "Así Somos" el programa alcanzó un nuevo vuelo gracias a las predicciones, comentarios e interpretaciones.

Salfate tiene un amplio currículo en la TV local. Sus inicios fueron en "Maldita Sea", un programa que era hecho a su medida. Pasó el tiempo y llegó su consolidación en la pantalla. El elemento freak, las conspiraciones, las fake news han sido su fuente de alimentación y el público lo ha seguido casi como que fuera un gurú, un chamán, un hombre tocado por la varita del Creador.

Es por eso que sorprendió tanto cuando un comunicado del canal donde trabajaba decía que Salfate ya no corría más. En una de las fallidas ediciones sin Salfate el encargado de conducir fue Michael Roldan, el exGuaguito. La audiencia no perdonó la ausencia del Maestro Salfa, como lo llaman sus discípulos, y el intento por revivir el espacio se fue a negro.

Hoy, en medio de la pandemia, Salfate está de vuelta. Su retorno fue premiado por las audiencias. La primera semana de su vuelta alcanzó peaks de 4 puntos, algo inédito para el canal privado. Salfate llega en buen momento. Es que hace cinco años predijo que vendría una pandemia y habló con detalles de una situación muy similar a la actual. Esa premonición significó el mejor gancho para que La Red lo lanzara con todo al estrellato y le diera carta blanca para que contara de conspiraciones e historias ocultas.

No son pocos los enemigos mediáticos que tiene Salfate. Entre ellos el profe José Maza y el sismólogo Marcelo Lagos. Quizás el más crítico fue el maestro en astronomía a propósito del cometa Elenin: "Una mugre de cometa… entonces este caballero (Salfate) dijo que iba a traducirse en una catástrofe en la Tierra… la palabra chanta es bien ambigua, pero es un engrupidor, un charlatán".

Pero Salfate no enganchó con la polémica. Con su clásico sombrerito y la polera negra que acostumbra a usar –no es la misma, por cierto- siguió adelante buscando, husmeando, investigando en sucesos ocultos que parecen no tener explicación más que en su calva cabeza.