El influencer penquista denunció en sus redes el matrato recibido por el personal de seguridad del evento, quienes decidieron sacarlo del festival musical al percatarse que no tenía la pulsera que le permitía estar en la zona VIP. Sin embargo, se defendió diciendo que fue invitado al sector por un foodtruck.
Mientras el escenario del Hipódromo Chile vibraba con las melodías de Los Fabulosos Cadillacs, el plato fuerte del festival Santiago Rocks, un altercado se robaba las miradas del sector de Cancha VIP. Rodrigo Fernández, más conocido en redes sociales como Otakin, el Antiinfluencer, era sacado a la fuerza por los guardias del evento. “Soy un delincuente, soy un delincuente” gritaba a la cámara de su celular entre risas para documentar lo que, a todas luces, pensaba que se trataba de una gran injusticia frente a su persona.
Sin embargo, para resolver el misterio sobre lo que realmente pasó, era cosa de ir a revisar las historias que el propio influencer penquista subió a su cuenta de Instagram, donde relata todo lo que pasó en el Santiago Rocks, desde su llegada hasta el momento en el que se genera el conflicto con los guardias del evento.
Eran las 16:00 cuando Otakin sube su primera historia, en la que decía que iba rumbo a Santiago Rocks, tarde, pero en camino. Ya dentro del evento, la sensación era de alegría. “Me han hecho llorar dos veces” señalaba la figura digital con más de 600 mil seguidores en TikTok y 400 mil seguidores en Instagram.
Tres horas después, Otakin contaba a sus seguidores con una sonrisa en la cara: “Entré al VIP, no sé cómo” para luego agregar un “siempre hago lo mismo”. En esa historia hace su primer “toreo” hacia los guardias, a quienes muestra a la pasada.
Desde el VIP, el penquista realizó su contenido usual, donde se le vio en la cocina de un food truck de shawarmas y disfrutando del show de Miguel Mateos y de Los Tres, jactándose de haber podido entrar al espacio “a puro cariño”.
Sin embargo, el cariño no le sirvió para obtener lo más importante para estar en la zona VIP: la pulsera, lo cual significaría el principio del fin de su aventura en el sector más caro del festival.
Ya de noche y con los Cadillacs de fondo, las últimas dos historias de Otakin en el festival, son siendo escoltado por los guardias para dejar el recinto. Comentarios de espectadores y gente que estuvo en el lugar aseguran que habría estado ocasionando algunos desmanes producto del alcohol y su personalidad efusiva -algo que también fue protagonista en su polémica anterior, cuando realizó un live junto al Profesor Klocker en donde la embriaguez fue tal que generó algunos conflictos en cámara-, lo que habría motivado el rápido actuar de los guardias quienes, al percatarse de que no tenía pulsera, procedieron a sacarlo del recinto.
Siguiendo su alma de influencer, Otakin filmó todo el proceso y lo subió a sus historias. Uno de los guardias aparece diciendo: “El que es influencer, el que es importante, el que es famoso, tiene pulsera” y luego, tras seguir bromeando en cámara con los guardias, estos proceden a empujarlo en una mágica toma que parece haber sido sacada de un film europeo.
Al día siguiente, en otra historia y esta vez sin polera, Otakin explicó que no se había colado, sino que había sido invitado al sector por un food truck, que había conversado con los guardias y entró a seguir disfrutando del espectáculo.
“Fui un delincuente sin serlo, son cosas que pasan en un evento con alcohol y mucho ego de por medio”, declaró el personaje digital, tras una jornada que debió haber sido para disfrutar, pero, tal como dice en sus videos, terminó siendo tanto para él como para los asistentes como “las weas”.