El humorista admitió que, tras convencer a los miembros, lo más complejo fue mantener todo en silencio, “porque siempre se filtra, a alguien se le sale”.
Fabrizio Copano protagonizó la mejor presentación de humor en lo que va del Festival de Viña. Y no era fácil: debió encarar las pifias iniciales, producto de los fanáticos que aún lamentaban el “pronto” final del concierto de Christina Aguilera.
Pero en cuestión de minutos se los echó al bolsillo con una rutina sólida, que atravesó distintas anécdotas y personajes. Desde el Presidente Gabriel Boric y otros políticos, como José Antonio Kast o el exmandatario Sebastián Piñera, hasta rostros y artistas como Gonzalo Valenzuela, Pailita o Marcianeke, formaron parte del show de Copano.
Y para el remate, una sorpresa: llevó a sus compañeros del Club de la comedia y a Los Bunkers para jugar con una antigua talla que lo involucraba y pertenece a Sergio Freire.
Precisamente sobre esto fue consultado el humorista en la conferencia posterior a la presentación. Allí, entregó detalles de cómo pudo materializarlo:
“Se me ocurrió una noche en que no podía dormir y empecé a pensar esta idea que veía muy difícil porque involucraba hartas personas”, explicó de entrada, según recogió Culto.
“Conversé primero con Sergio Freire”, continuó, “él era el dueño del chiste, lo llamé, le dije ‘tengo esta idea’, me dijo, ‘si te consigues a los demás, yo estoy’. Luego me junté con Sergio y con Pedro, les pregunté qué les parece esta idea, todos se empezaron a entusiasmar, y luego venía este espacio más difícil que era conseguir a Los Bunkers”.
¿Y cómo convenció a la banda? De a poquito. Primero, a través de los hermanos Durán:
“Les dije ‘chiquillos, tengo esta idea, sé que están con giras, con estadios, entonces ¿les tinca hacer esta aparición, del retorno de Los Bunkers?’, y hablamos de referencias musicales, del vínculo de George Harrison con los Monthy Phyton y por ahí comencé a convencerlos. Ablandé sus corazones y ahí lo logré”.
Más tarde fue cuando se reunió con el resto de la banda y armó toda la logística, de modo que nadie se enterara. “Porque siempre se filtra, alguien se le sale, entonces mantenerlo en secreto fue la parte más difícil, pero se logró”, destacó.