A mediados de septiembre, ambos titanes de la cumbia lanzaron “Sigue la cumbia”, su primer sencillo juntos. Hasta antes de eso, no tenían mayor cercanía. Sin embargo, el ex-La Noche se le acercó porque había armado un tema que abordaba un complejo episodio en la vida de ariqueño. Así, según cuentan a La Cuarta, partió todo.
No había onda entre Leo Rey y Américo. Al menos así era hasta el 2015: “Es una persona un poco rara para mí”, declaró la exvoz de La Noche sobre su colega en el programa Algo personal, de “Pollo” Valdivia. “No logro comprender su personalidad, creo que es un poco reprimido, no agradable para compartir”. Aunque “en lo musical lo respeto mucho”, aclaró. Por aquel entonces, ambos grandes de la música tropical sólo habían estado juntos unas cuantas veces.
Ahora, a más de ocho años de esas declaraciones, el agua a corrido bajos los puentes y, conversación con La Cuarta, Leo se toma un momento para recordar cuándo se conocieron ambos titanes de la cumbia:
—En el 2010 nos juntamos y tuvimos una cena familiar celebrando un cumpleaños —cuenta—. Compartimos un rato, pero en ese momento no nos proyectamos, en ningún momento, a hacer canciones ni nada. De ahí nos fuimos topando en el Festival de Viña, cuando fue el terremoto, con todos llamando para la casa, preocupados. Siempre fueron roses de escenario y a veces de programa.
En mayo del 2023, el propio cantante había dejado atrás sus dichos: “En realidad, siempre ha habido un acercamiento (...) Pero la gente siempre piensa que uno es rival, que tiene algún conflicto”, planteó en su visita a Podemos hablar (CHV). De hecho, en esa misma instancia reveló que estaban por primera vez trabajando juntos en una canción.
—En la pandemia surgió la idea de poder hacer una canción en conjunto, después de sentir la ola avasalladora del (género) urbano, que ha tenido tanto poder, y que se juntaban todos —relata ahora al diario pop—. De pronto eso me hizo pensar que faltaba jugársela para unir, por lo menos a las bandas más actuales en el género tropical.
El temita, de alguna manera, retrataba una etapa complicada en la vida de la voz de “Te vas”, según el propio Leo (Cecil Leiva) conto a La Firme: “Nació de la biografía de él”, aseguró. “La letra la hice pensando en él”, ya que “siempre estuve más o menos al tanto de lo que pasaba con el colega”, aseguró en alusión a los problemas que enfrentó el artista con el alcohol, y que repercutieron en su familia. En su momento, Leo ideó: “Américo se está recuperando, dejando atrás todo su mal momento de excesos y problemas familiares... Y llego yo, el mala junta, y todo lo que ha avanzado lo echaré a perder, luego de llegar a su casa e invitarlo a una fiesta, y el me dice que no, que ‘estoy en otra’ y ‘me chanté’. Y lo convenzo y lo llevo a esta fiesta en que se desata la locura y queda la embarrada”.
Esa fue la génesis.
El primer contacto
—Primero se hizo la canción, ya estaba armada, hablaba de América y todo, pero no había conversado con él sobre los tiempos y lo complicado que era llevarlo a cabo —admite Leo—. Había que ser muy cuidadoso y cauteloso para lograr que todo se diera. Partió como una idea loca, un sueño nomás, y poco a poco fue tomando el rumbo de llevarse a cabo.
—¿Cuál fue tu primera impresión, Américo (Domingo Vega)?
—Bien, bien. La recibí y la verdad que no tuve que pensarlo mucho. Es bonito compartir y unir fuerzas. Leo también, dentro de los artistas chilenos y especialmente de la cumbia, es un personaje que todo el mundo lo reconoce. Donde a Leo va la gente lo reconoce, y ese es un capital que le pertenece a él nada más. Que me haya considerado, porque la gestión empieza por él, fue bien bonito. No podía decir que no. La sensación es “qué bacán que haya pensado en mí, que nos juntemos, poder completarlo y hoy estar presentando”... ¿Qué mejor?
Finalmente, previo a Fiestas Patrias, lanzaron “Sigue la cumbia”, que efectivamente muestra una dicotomía entre ambos personajes. Por un lado, el interpretado de Leo Rey, vestido con un traje rojo como si fuera un diablito; en tanto, Américo aparece enfundado de blanco cual angelito. Así, la música arranca con la resaca tras una detonada noche de carrete, en que la voz de “A llorar a otra parte” borró casete por completo.
Eso sí, antes del fiestón, cuando Leo intenta convencer a su colega para que salgan de vacile, este se excusa: “Yo no soy de esa onda y tú eres bravísimo”.
—¿Cuánto de realidad hay en esa frase?
Ambos se ríen y luego Américo toma la palabra:
—Hay mucha realidad —plantea medio en broma—. Yo creo sí en lo esencial, y representativamente, de verdad soy más retraído, piola. Leo es un poco más displicente, extrovertido y divertido; es súper chistoso. Por ahí va. Leo tenía mucho más clara la idea de todo. Es más, con ese traje rojo llegó a la grabación; ya lo llevaba, tenía esa intención. Él ya tenía claro, para invitarme e involucrarme en este mundo.
—¿Qué encontró cada uno en el otro?
—Este no se queda quieto —asegura Américo sobe su colega—: Me mandaba mezclas, y me decía: “Escucha, la mezclé de nuevo”, “y de nuevo”, y después me decía “¿qué te parece esta introducción?”, “¿Y qué te parece esto?”. Y yo le respondía: “Hey, ya está (terminada)”. Pero esencialmente me había gustado la canción.
Lo dos se ríen, y oriundo de Arica continúa con su respuesta, hablando sobre ese proceso creativo:
—Sirve para conocerse. El espíritu bien de niño que tiene Leo: no es casual que le gusten los videojuegos y que, además, sea muy competitivo, el mejor del mundo. Hay un niño adentro, que juega, no se queda quieto y que invita al amigo a jugar. Esa es la esencia de Leo. Todo el pinponeo me ha permitido conocerlo y ha sido súper agradable. Fue una linda sorpresa ser ya más amigos.
—¿Y todo ese diálogo por WhatsApp?
—Sí, es súper orgánico eso, al choque nomás —asegura la voz de “Libre”—. Muchas veces nos calentamos un poco ahí también, diciendo “oye, déjate de cambiar tanto la canción” o “estoy ocupado”, pero siempre con cariño. Así nos aprendimos a conocer. Él ya sabía: “Leo me mandó este audio, tengo que estar preparado para escucharlo... respira”. Todo en gestión para que la canción resultara y llevar a cabo lo que se había pensado. Yo siempre lo pensé, desde el minuto uno, que esto era una canción que iba a quedar en la memoria de lo que es la música en Chile y la cumbia. Todo se fue dando maravilloso y las cositas que pasaron fueron importantes para que el material final fuera espectacular.
—¿Y qué encontraste tú en Américo?
—Tratando siempre de adquirir experiencia, de aprender. Como él lo dice, yo soy un poco más niño para mis cosas, en el sentido que quizás a veces quiero algo más rápido o me salto algunos protocolos de orden, pero todo siempre queriendo hacerlo de manera profesional, cariñosa y de corazón. Yo voy a hacer tu amigo en esta y en la que sea. Eso creo que se refleja en la canción. No es una cosa que nos juntamos y yo dije: “Ah, Américo puede, lo voy a hacer con él”, sino que algo que fue pensado desde la génesis. Hoy en día, en este minuto, estamos fortaleciendo cada vez más la amistad. Ojalá en el futuro, también, Domingo tome en consideración que tiene un amigo, quizá no solamente cantar, sino para contarle algo.
—O sea que surgió amistad...
—Sí, sí —plantea Américo con cautela—. O sea, va caminando va caminando para allá. Y fuerte, bien. Hemos compartido para tener una amistad mucho más fuerte, no solamente desde lo musical, sino que en lo personal. Ya sin decir mucho, nos damos cuenta de cosas en las cuales nos conectamos, como artistas, personas y en lo familiar. Buena onda. Ha fluido súper bien. Y por lo que nos hemos contado, hemos intentado con otros artistas y no resulta tan fácil, no ha fluido tanto como uno quisiera. Pero con Leo ha sido muy divertido...
—Lo importante es que se ha dado la energía —complementa Leo—. Cuando eso está, ya no hay mucho que agregarle, todo va fluyendo.
—¿Y se puede hacer buena música cuando eso no fluye?
—Yo creo que sí, todo se puede —opina Américo—. Hoy día tenemos gente cantando que no canta.
Y Leo se ríe.
—... Claro, entonces sí se puede —retoma el ariqueño—. Y es súper válido, son herramientas que están ahí. Ojo, no estoy diciendo que esté mal, sino que digo que todo es posible hoy en día; la tecnología, los equipos y un buen productor ayudan. Hay gente que graba y hace vídeos a distancia, y resultan exitosos. Ojalá tener el combo completo: no sólo grabar ni estrategia, sino también que fluya, haya onda y se genere una amistad. A uno le toca escoger cuál tipo de relación o trabajo quiere hacer. Y me gusta este. Al final somos nosotros los que nos entendemos; por ejemplo, le hemos dicho al equipo: “Ustedes hagan lo que tienen que hacer, las regalías y los porcentajes véanlo ustedes”. Nosotros, para cantar y pasarlo bien.
—También es el lugar donde debemos quedarnos —agrega Leo respecto a la faceta creativa—. Si no pierde esencia desde la naturalidad.
Cómo ser “clásicos”
—¿Cantarán juntos en algún escenario?
Los artistas tienen esperanza de que así sea. “¡No!”, lanza Américo a modo de talla como respuesta. “Y todo lo que lanzamos se va a la punta del cerro”.
Ya en serio, Leo dice sobre cantar juntos en vivo:
—Seguramente se va a dar eso. Y sería lindo. Sería buena experiencia quizá poder girar juntos; una gira “Brígida a morir”. Ojalá también se motiven los demás a hacer lo mismo y potenciar más esta industria. Por lo mismo, esta canción se llama así, “Sigue la cumbia”, porque la cumbia está aquí y no ha muerto. De hecho, hemos hablado de que ahora está muy pegada (la cumbia), internacionalmente también, con artistas muy importantes. Entonces, también nosotros como “clásicos” tenemos que golpear la mesa en buena onda: “Oye, aquí estamos vigentes y con buena cumbia para que sigan disfrutando, y exportar”.
—¿Cómo es hacer música desde ese sitial de “clásicos”?
—Siendo que el desafío que tenemos es mayor —plantea Américo—, porque, de partida, toca competir con tus propios éxitos; Leo debe ganarle a “Lástima”, “Amor sobre cuatro ruedas”, “Libre” o “Quiero ser más que tu amigo”. Cuesta. Y yo generar una canción que pegue más que “Te vas” o “Embrujo”. Cuesta, porque son los clásicos, ya te reconocen por eso. Hoy día (es difícil) frente a un semillero y la aparición de un montón de artistas, no solamente desde la cumbre, sino que desde el urbano, el trap, el pop y lo internacional. ¿Cómo competimos y reclamamos ese lugar que sentimos que nos pertenece a un Ke Personajes, Pailita o Denise Rosenthal? Ese desafío es súper personal: cómo me superó a mí mismo. Ahí te toca buscar un buen equipo, encontrar la canción indicada, tener los recursos suficientes para los lanzamientos, hacer un vídeo... No es menor, es un trabajo súper exigente, tienes que estar muy bien ordenado y organizado para estar bien ubicado. Tan orgánico no es.
—¿Y cómo vives tú ese proceso, Leo?
—Eso es con lo que convivimos siempre. Uno lanza la canción y ya está inquieto nuevamente pensando en lo que viene. Es como cuando empiezas y dices: “¿Cómo lo hago para sacar una canción, pegar y sonar en la radio?” Pero, de pronto cuando lo logras, es más difícil, porque tienes esa vara que hay que superar, y de ahí salen muchas cosas: frustración, incertidumbre y casi que te pones depresivo: “Pucha, esta canción no me la tocaron en esta radio”. Se va por la borda un trabajo que hay detrás y del que nadie sabe. Todos escuchan la canción, pero detrás de ella hay una cantidad de pega: hacer, deshacer, cambiar músicos, ponerle trompetas, sacarle acordeón y miles de cosas. Es difícil, pero estamos hechos para eso. Nosotros somos el alma de la fiesta, tenemos que darle cumbia a la gente y sin llorar.
—¿Cómo se lidia con esa frustración?
—Es difícil —plantea Américo—. Ahí debiera haber un equipo, alguien que conozca cómo es el desarrollo artístico y cómo uno termina siendo parte de una de una industria que acá en Chile, si hay, falta industria, un equipo, gente, oficinas que digan y desarrollen, que te muestren la fórmula, como sucede afuera: agarran un artista y al poco tiempo ya están súper perfilados y convertidos en estrellas, mucho más allá de la música. Aquí se nos pone mucho más complicado.
Carrete y cumbia
—¿Y por qué grabaron el video en Colombia?
—Ya había hecho algunos trabajos con el equipo que nos hizo el video, Invictory films. Tienen muy buen ojo, te ayudan harto, no es llegar y a grabar nomás. Hacen el casting, te consiguen la logística y lo que necesites. Tienen una buena calidad, factura y foto a un precio asequible. Hay que saber invertir hoy día. Ya no es como antes que tú le ponías todo el potencial económico a la canción y al video. Hoy es tanta la aparición de canciones y material nuevo que tienes que dejar un ítem importante a la promoción. Ahí te toca jugar con tus recursos. Y Colombia nos viene muy bien. Y al final del día, estuvo muy bonito grabar en Cali.
—¿Y la grabación tuvo tanto carrete como la canción?
—Obviamente que nos aprovechamos un poquito de, quizá, lo que piensa la gente. La gente también piensa que yo soy el carretero, el mala junta, pero no es tan así —contesta Leo—. O sea, a veces no, jajaja. Pero quisimos darle ese look, de que yo era el el diablillo. Todos tenemos ese amigo que te llama y dice: “Vamos a carretear, un trago y volvemos al tiro”. Quisimos darle eso, pero todo en el ambiente profesional. Somos artistas que ya llevamos mucho tiempo y creo que tenemos claro que tenemos que cuidarnos, para prolongar nuestra carrera. Así que todo eso es ficción. Todo muy tranquilo.
—Se van cuidando más de los excesos...
—Sí, sí —afirma Leo.
—Yo, por lo propio, sí —dice Américo—. Además ya uno empieza a crecer, ya es grande. Tengo 45, entonces yo mis tickets de joda ya los agoté todos.
—Jajaja.
—Entre cuidarse, estar impecable para el trabajo, especialmente para uno mismo —continúa el nacido en Arica—... O sea, ahora llegué a las 7 de la mañana desde Argentina; el vuelo salió a las 5 AM y no dormí nada ayer. Toca organizarse de mejor manera. Tengo sueño, nada más. Hubiese sido antes, tendría sueño y resaca incluida. Y se pone re-difícil. Hay que cuidarse. Uno empieza a buscar las horas de sueño, a descansar y comer bien.
—Y a buscar la diversión de otra manera —aclara el ex-La Noche.
—Claro, claro, hay que recompensarse de otra manera, mucho más acorde a nuestra edad —propone Américo—. Tiene que ver con eso.
—El cuerpo no resiste tanto ya, jajaja.
—Tiene que ver con la madurez.
Hacia la amistad
—¿Han conversado sobre hacer otra canción?
—Sí, bueno, cómo se ha ido dando todo, hemos ido improvisando un poco con ideas dentro de la marcha —dice Leo—. Todos nos han comentado sobre eso: un EP o de alguna segunda parte, quizá el desenlace de toda esta historia.
—Porque Américo no se acuerda de qué pasó en el carrete.
—Sí, no se acuerda, por eso, hay que recordárselo, mostrarle el video con todo lo que pasó —sugiere Leo Rey, a lo ¿Qué pasó ayer?
—Hay hartas ideas, lo del EP, girar por ahí, tocar y aparecer de sorpresa en el show de uno y del otro —propone Américo. —De partida, la canción hay que promocionarla y compartirla, ya sea a través de plataformas o en vivo, lo que más se pueda. Eso es parte del proyecto, y de ahí todo lo demás. Y no solo entre nosotros, sino que hay que invitar a los amigos, involucrar a más gente, hacer otras colaboraciones, no sólo de a dos: de tres o cuatro, para levantar otra vez y decir que el movimiento está vivo.
—¿Qué es lo que admira cada uno del otro?
—De Leo me gusta su nobleza, espontaneidad y autenticidad: el niño que lleva ahí dentro y fuera. Los primeros audios que yo le mandaba empezaban con un: “Tranquilo, tranquilo, lo vamos a hacer”. Aparecía cómo un niño reclamando. Eso me gusta, que sea auténtico. Es muy difícil hoy encontrar gente que sea auténtica; es más la que decide cargar con una pose, un personaje, y que al final del día se les cae, porque es agotador sostenerlo. Si él va a ser así todo el tiempo, fantástico, porque uno lo conoce y sabe cómo manejarse y tener la posibilidad de relacionarse… Viva la autenticidad.
Por su lado, Leo plantea:
—Lo admiro harto, porque se parecen mucho nuestras historias. Me identifico mucho, porque es un sueño que de alguna manera hemos cumplido paralelamente, en nuestros estilos y vidas. Pero me encanta. Por eso quise y quiero estar más cerca de él, y hacer una canción juntos. Siento que somos dos personas que le hemos ganado la vida, y que hemos cumplido nuestros sueños gracias a la música. Tuvimos muchas barreras y obstáculos en el camino; personas que quizás quisieron tirarnos para abajo y hacernos daño, pero aquí estamos hoy día, presentando nuevo material, con mucha vigencia y una carrera internacional, que a la vez abre caminos para los demás artistas. ¿Qué más lindo? Así que (hay) una alegría inmensa de ser prácticamente amigos... No digo “amigo-amigos”, porque todavía me falta mostrarle que confíe plenamente en mí. Eso se va ganando con el tiempo.
Escucha acá la canción
LEE TAMBIÉN EN LA CUARTA: