Se acabó la euforia, la autorreferencia, el baile y la diversión. Obligadamente tuvieron que dar un golpe de timón hacia lo informativo con altos costos asociados, como la fuga de rating.
¿Vivimos la "lenta y paulatina muerte" de Mucho Gusto? No hay espacio a la doble interpretación ni al contexto errado.
La frase de Pablo Alvarado, exproductor ejecutivo del matinal de Mega en su carta de despedida, deja de manifiesto un presagio dramático para el programa, uno de los pilares de sintonía del canal privado.
¿Es tan grande la hecatombe que el espacio no podrá levantar cabeza? En TV hay una vieja premisa que indica que "nadie es imprescindible". Por lo mismo, ¿por qué el franjeado mañanero tendría que pasar a mejor vida ante la salida de su cerebro?
Es un hecho que desde el estallido social el programa no es el mismo. Se acabó la euforia, la autorreferencia, el baile y la diversión. Obligadamente tuvieron que dar un golpe de timón hacia lo informativo con altos costos asociados, como la fuga de rating.
La misiva de Pablete al equipo deja manifiesto muchos cabos sueltos. Sin embargo, el mea culpa es claro: "No estuvimos a la altura para resolver de forma adecuada los nuevos retos que nos pusieron las audiencias". Mucho antes, eso sí, el programa comenzaba a dar muestras de una agotamiento de la fórmula.
Primero fue la salida de Karol Dance y en menos de lo que canta un gallo el traspaso de Joaquín Méndez y María José Quintanilla a "La Hora de Jugar"", programa de concursos. Era el fin de la "pandilla juvenil", un grupo que tenía muy poco de "juvenil" y que poco y nada aportaba al contenido.
El estallido social se llevó a Patricia Maldonado y los chefs también fueron marginados. José Antonio Neme, Rodrigo Herrera y Daniel Stingo recibieron sobre azules y así se fue apagando el panel. Hoy, con Diana Bolocco a la cabeza, sabemos de otra baja: Soledad Onetto, quien decide retornar al calor del Departamento de Prensa.
Supuestamente un nuevo coletazo del capítulo José Miguel Viñuela. Sin duda que es muy prematuro saber si el presagio de Pablete se cumplirá. Lo cierto es que hoy el programa sigue dando la pelea mañanera.
Son días de ensayo y error. Instantes donde se prueba en pantalla el desempeño de un movilero como Simón Oliveros en el rol de conductor. ¿Dará el ancho para el desafío? Qué dirá el oráculo de Pablete al respecto? Solo el tiempo lo dirá.
Por el momento, la buena vibra de Diana Bolocco y del equipo, liderado por Camila Doenitz, mantendrá la bandera al tope de un espacio que durante meses fue el predilecto de las audiencias y que, más allá de los malos augurios, puede perfectamente volver a liderar las mañanas.