Antes de su presentación en el Estadio Nacional, la colombiana salió a almorzar junto a sus hijos a un restaurant de Vitacura, recorrió el Parque Bicentenario y nadie se dio cuenta. Anoche dio clase de su calidad vocal ante más de 60 mil personas que corearon todos sus éxitos.
La llegada de Shakira a Chile fue completamente tranquila. Bajó del avión privado que la trajo desde Rosario y caminó por la salida protocolo, al revés de lo que ocurrió en Argentina, donde al arribar a Buenos Aires hace una semana tuvo que hacerlo en medio de sus enfervorizados fans.
Y en Santiago también ocurrió algo que en ningún lado había pasado. El lunes la colombiana decidió salir a almorzar con sus hijos al restaurante Mestizo, ubicado en pleno Parque Bicentenario de Vitacura.
Todos sus fanáticos intentaron seguirla, consiguió el premio, sacarse una foto. "Corrí detrás de los autos, tomé un taxi, le dije que la siguiera y así llegué hasta el Parque Bicentenario", cuenta Manuel Navarro sobre la aventura.
Al llegar al lugar pudo constatar que la cantante estaba sentada en el local, "aunque nadie se podía sentar en las mesas que estaban a su alrededor", dijo el pastelero fanático.
Tras una hora en el restaurante, Shakira salió del local hacia el parque, recorriendo todo el lugar, sin que nadie la reconociera: jugó a la pelota y se revolcó en el pasto.
"Ella vestía de buzo, sin maquillaje y caminaba libremente por el lugar con sus hijos, creo que era el único que sabía que ella estaba ahí", agregó Manuel, quien estaba entre ceja y ceja de los guardias.
"Fueron como cuatro horas, pasó un par de veces al frente mío y me sonrió, pero nunca me acerqué por el tema de los guardias, ellos después me dieron la chance de acercarme", agregó el fanático.
Finalmente logró su cometido. "Me pude tomar una foto con ella, me firmó un CD y conversamos, estaba emocionada por mi colección, me preguntó si iba al concierto, fue algo muy cortito", agrega.
Ese juego con sus hijos sería el último que tuvo por su paso en Sudamérica. El lunes por la noche Sasha y Milan Piqué tomaron un avión rumbo a España, donde Gerard, su padre y jugador del Barcelona los esperaba.
Esa misma noche su fans club la esperaba fuera del Hotel Ritz, donde llevaron letras gigantes con su nombre y cantaron a coro la canción "Me enamoré" con máscaras de Gerard Piqué.
Fue esa la única oportunidad en que Shakira se asomó por la ventana del hotel y sacó una cámara para grabar la ingeniosa idea de los fanáticos.
Ayer, previo al concierto, Shakira permaneció todo el día en el hotel. Recién a las 16 horas el operativo policial se activó, previa su llegada al Estadio Nacional.
La loba no perdonó
El coliseo nuñoíno estuvo repleto para el regreso de Shakira a Chile. La particularidad de la noche se dio en las canciones, ya que primero interpretó "Addicted to you", que se la dedicó a su ex Antonio de la Rúa, y luego continúo con "Me enamoré", tema escrito para su actual pareja.
La fanaticada de la colombiana no decepcionó y cantó a todo pulmón todos los éxitos de Shakira, quien sólo entonó "sandías caladas". Ahora habrá que ver si se repite el plato para venir a Viña 2019.
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