El periodista de Mucho Gusto, Simón Oliveros, sufrió "en vivo" el manoseo de una señora en Estación Central. "Pensé en mi hija de cuatro años y dije que este no es el país que quiero para ella", contó.
Usted recordará la polémica a nivel mundial que se armó cuando en la Copa América de 2015. Esa pues, cuando el futbolista nacional Gonzalo Jara le metió el dedo donde la espalda cambia de nombre al seleccionado uruguayo Rafael Cavani.
Bueno, algo así es lo que le tocó vivir ayer al periodista Simón Oliveros, durante una transmisión en vivo. Sí, porque lo que parecía ser una mañana normal, terminó convirtiéndose en una de las más difíciles en la carrera del reportero de Mucho Gusto.
El comunicador le contó a La Cuarta que "me habían llamado algunos vecinos, estábamos en Las Rejas con Alameda, a raíz de los saqueos y desmanes que hubo en la noche, donde unas bandas habían hecho tiras unos locales", empezó relatando Oliveros. Hasta que pasó lo peor...
Observe: "Estaba dialogando con la gente, para que en el fondo expresara su rabia, al margen de su orientación. Entrevistaba a una señora, y desde atrás apareció esta mujer para decirnos que 'la prensa miente'. Le dijimos que se acercara para dar su opinión, no quiso. Y cuando retomé la conversación, la mujer me metió dos veces los dedos al culo".
- ¿Cómo te controlaste?
En general no soy polvorita. Tenía dos caminos: uno, encararla y hacer un show más televisivo, y dos, algo más racional. En ese momento sentí la necesidad de hablarle a esas personas que se sienten con el derecho de hacerles a otras lo que se les ocurra.
- ¡Cuático!
Mira, a mí pueden tirarme una piedra, pegarme o escupirme, pero en este caso fue un abuso sexual, sin eufemismo, porque que una persona le toque el culo a otra sin su consentimiento, es abuso. Eso tenía que dejarlo claro.
- Es que no puede pasar...
Pensé en mi hija, que tiene cuatro años, y dije 'este no es el país que quiero para ella'. Tampoco es el país que quiero construir, desde la tribuna donde estoy, y sentí que ese era el mejor camino, decir que eso no se puede normalizar, no es correcto.
- Un momento complicado y en vivo.
Me sentí menoscabado, las mujeres lo han puesto muy bien en la palestra. Acá quien define cuál es una práctica abusiva es la víctima. Sentí tanta rabia e impotencia.
- ¿Tuviste la oportunidad de hablar con esta señora?
No, no la vi más y me fui siempre para adelante. Nunca volteé la cabeza. Me imagino que era de por ahí, porque estaba barriendo. Tampoco quise volver a hacerlo.
- ¿Realizarás acciones legales?
Hice lo que cualquier persona tiene que hacer al sufrir algo así: una denuncia en Carabineros, y ellos enviarán esto a la Fiscalía. El canal se ofreció a ayudarme con abogados, pero no quise tomarlos, porque quiero que este tema se vea como si le hubiese pasado a cualquier persona, no como al periodista de la tele.
- Practicas jiu-jitsu brasileño, ¿crees que te sirvió para mantener la calma?
¡Claro que sirvió! El miedo es algo que todos tenemos, pero existe una capacidad de superación del miedo que es el coraje, y tengo esa dicotomía, que me hizo contar hasta siete y hacer lo que tenía que hacer.