A mediados de 2020, Daniel Ponce atravesó uno de los momentos más difíciles de su vida. Sin ofertas laborales, a causa de la pandemia y la posterior cuarentena, y sin dinero para pagar el arriendo, se resistía a dejar la casa donde vivía. Che Copete y el alcalde de La Cisterna salieron a su rescate y, hoy, nueve meses después, su historia parece por fin tener un final feliz.
Para hacerle frente a las consecuencias de la pandemia —en su caso, por entonces, dramáticas— Daniel Ponce, el hombre detrás de "El Poeta" en Morandé con Compañía, recurrió desesperado al programa Carmen Gloria a tu servicio, de TVN. Allí, dio cuenta del terrible momento que atravesaba: sin trabajo, apenas con el monto suficiente para comer..., y a punto de quedarse sin un hogar donde vivir.
El viernes 3 de julio de 2020, durante un contacto en vivo, que siguiendo la tónica de esta clase de programas más parecía un cara a cara únicamente mediado por Carmen Gloria Arroyo, Ponce explicó que lo habían demandado, porque la casa que él arrendaba desde que era un niño, había sido vendida y la nueva dueña quería vivir ahí.
"En varias ocasiones conversé con él para llegar a un acuerdo (...); él decía que no encontraba arriendo, entonces le dije que (con sus ahorros) se hiciera una pieza atrás y que se quedara mientras encontrara algo (...); yo compré en febrero", se defendía Eva, la nueva propietaria del inmueble.
Luego aseguró que Ponce no pagaba su arriendo desde enero y aclaró que "lo único que quiero es que él me desocupe la casa para poder irme".
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Captura: TVN.[/caption]
"El Poeta", en cambio, insistía: "Tengo dos hijos, mi mamá, los niños tienen 10 años, 12, y sacarlos así… yo sé que la casa no es mía y tengo que entregarla, pero como están las cosas (por la pandemia) no he podido salir a buscar pega".
Aun cuando Arroyo hacía lo imposible por aunar posiciones, la discusión en algún momento subió de tono. Eva, acompañada por su marido, denunciaron que Ponce les llegó a decir: "Voy a dar pena para que me regalen la casa, porque eso es lo que quiero, que me regalen la casa".
"Incluso me dijiste que hay gente que ha vivido muchos años y nunca las echan (...); mi idea no era pelear contigo", añadió la dueña, mientras Ponce, en la parte inferior de la pantalla, sólo atinaba a reír de manera irónica.
El veredicto, para entonces, fue que el problema era la comunicación. Que ambas partes debían tener una conversación sincera, sin ataques de por medio, y que solo así lograrían alcanzar un acuerdo.
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Captura: TVN.[/caption]
Luego, la "magia" de la televisión: un llamado a Ernesto Belloni, el Che Copete, eterno compadre de Ponce en el estelar de Mega, y su compromiso de ayudar con 100 mil pesos mensuales. Después, otro: el alcalde de La Cisterna, Santiago Rebolledo, en vivo, le ofreció al comediante un trabajo como funcionario municipal, donde pasaría a ganar unos 600 mil pesos mensuales. Emoción, lágrimas...
Y el pacto final: Daniel Ponce —ahora con pega y el apoyo mensual de Che Copete— podría quedarse hasta el 30 de noviembre en la vivienda, así tendría un tiempo prudente para hallar otro arriendo, y tanto Eva como su marido podrían pasar las fiestas en la casa que compraron, como anhelaban.
¿Y qué pasó?
El capítulo de este lunes de Carmen Gloria a tu servicio, a nueve meses del inicio de este caso, exhibió acaso la segunda parte: la nueva vida que lleva "El Poeta".
Aunque en un principio las noticias no fueron del todo buenas, porque Ponce no cumplió su parte del trato y recién abandonó el inmueble el pasado 3 de enero, después, sí, vino el final feliz que todos esperaban.
Hoy, el reconocido comediante, con ayuda del municipio de La Cisterna, se instaló con una "cabañita", como él mismo la llamó, en la parte de atrás de la propiedad de su padre, que vivía precisamente al lado de la casa donde antes arrendaba.
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Captura: TVN.[/caption]
A eso se le suma el trabajo estable que consiguió también en la municipalidad, con la ayuda del alcalde Rebolledo. "Me recibieron con las manos abiertas, hasta un grupo me hicieron allá", contó.
Y cerró: "Estoy bien, tengo compañeros demasiado buenos. Voy a tirar para arriba nomás, para seguir adelante. Para seguir diciendo: 'Don Che, le tengo un poema'".