Francisco Orellana Ramírez era el joven músico asesinado durante un asalto en Lo Espejo. Padre primerizo y amante de las zapatillas, las joyas y los autos de lujo, poco a poco se había labrado una carrera que iba en ascenso.
Fue en un asalto a una barbería, la noche del miércoles, cuando un disparo acabó con Francisco Orellana Ramírez. No solo terminó la vida de un padre primerizo de 26 años, sino de un artista que entre pichangas, joyas y autos, se había forjado un nombre bajo la identidad de The Clown.
"A la víctima le intentaron arrebatar las joyas que portaba, ocasión en la cual, y por circunstancias que se encuentran investigando, se efectuó un disparo impactando a este en la región parietal izquierda, lesión que finalmente le provocó la muerte mientras era trasladada a los servicios de urgencia del hospital Barros Luco", señaló el subcomisario Vicente Torres González, de la Brigada de Homicidios Metropolitana de la PDI.
Pero hasta que decidió ir a la barbería a atenderse, la vida de The Clown estaba en una espiral de ascenso. Solo hace unos días agradeció a los fans en redes sociales, las más de 70 mil visitas que acumulaba el sencillo "Peine de 30 vol.2", lanzado el pasado viernes, en que -al estilo urbano- colabora con otros artistas.
Se trata de un tema lanzado por el sello Los Bandidos, en que se escucha la habitual mezcla de bases rítmicas del Caribe y Centroamérica, pero con un cariz totalmente urbano y marginal, en que suelen repetirse las armas, las pistolas, las joyas y los autos; una suerte de gangsta, pero de las barriadas del cono sur de América.
A eso se le llama mambo, una suerte de corriente dentro del espectro urbano. "Lo que narran los cantantes de mambo a través de sus letras, similar a algunos cantantes de trap chilenos, es dar un mensaje a los demás jóvenes para que no anden metidos en el mal vivir, para que encuentren una salida, una vida en la música", le dijo Ignacio Molina, autor del libro Historia del trap en Chile (Alquimia Editorial), a LT.
Por ello es que en sus redes, The Clown, apodado también el Payaso de Oro, compartía imágenes con los suyos, y no eludía las claves del género; autos de alta gama, zapatillas, joyas, y como no, las infaltables pichangas con los amigos del barrio. En Instagram sumó más de 38 mil seguidores, y contando. "Gracias a todos ustedes por hacer esto posible", fue lo último que escribió en Instagram antes de morir.
https://youtu.be/oxTrU8O4Id4
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