Del caño a la TV: el actor transformista que deslumbrará al jurado de "Got Talent Chile"

Su personaje de "Sabrina O'Donnell se robará las miradas en el capítulo de esta noche del programa de Mega. "Quería llorar de la emoción", cuenta Jonathan Marín.

15 de enero de 2005. Sábado. Un sábado común y corriente para la mayoría de los mortales. Ese día, comenzó el laaargo y sacrificado camino al éxito de Jonathan Marín, actor transformista de 34 años que esta noche deleitará al jurado de "Got Talent Chile" .

Con un show al estilo cabaret burlesque, se lució sobre el escenario del programa de Mega con su personaje "Sabrina O'Donnell", el mismo que hace 16 años y 76 días brilló en su primer espectáculo en "Club Bizarre", una discoteque alternativa de Santiago. "Empecé a bailar en el caño, con lencería muy fina. Casi Caffarena", bromea en medio de una íntima charla con La Cuarta.

Sobre su show en el programa de Mega, "Sabri" nuevamente revivió todas las emociones que sintió sobre el escenario. Por lo mismo, contó con lujo de detalles todo lo que pasó por su cabeza durante su presentación.

"Cuando entré tomé una fuerza increíble. Porque entré con un miedo. Fue todo muy rápido. Pensé que iba a poder interactuar con el jurado, que me iban a poder el pedestal y ahí yo me iba a explayar, conversar y decirles mi nombre. Contarles un poco mi historia. Y finalmente no pude hacer nada porque producción dice 'al show'", descaseteó el bailarín, que anteriormente tuvo pasos por otros programas como "Mi Nombre Es", "Talento Chileno" y "Quién dice la verdad".

Y sobre la misma, agregó: "Ahí lo único que dije… miré creo que a la Karla Constant o a la Coté (Quintanilla) y le digo 'no me hagan esto por favor'. Y como que se me apretó la garganta y sentí un apretón en el corazón, en el alma. Y digo 'qué hago por favor, Dios mío, no me hagan esto' y salí. El show debe continuar siempre, entonces salí tiritando. Y salgo, siento la música, sentí un calor en mi cuerpo, de relajo. Como que me olvidé de toda esa frialdad de nervio y salgo al escenario, mierda. A darlo todo".

Y gracias a su extravagante baile, con la canción "Perhaps" de "The Pussycat Dolls" de fondo, se echó al bolsillo en dos tiempos al jurado. "Yo trataba de conquistarlos. Comencé a coquetearle al Luis Gnecco, al Sergio (Freire). Le trataba de coquetear a la Denise (Rosenthal). A la Carolina (Arregui) también. Y trataba de jugar con el cabaret, porque estaba haciendo un espectáculo de cabaret burlesque. Un homenaje a Doris Day, en la voz de Celia Cruz y las Pussycat Dolls, así que estaba en una mezcla rara pero que conjugaba algo tan bonito. Una atmósfera muy espectáculo Drag Queen", comentó.

Y su técnica de seducción vaya que resultó, pues los jueces la llenaron de elogios por su performance, la cual comenzó a preparar en octubre del año pasado en las calles, donde debió actuar para "ganarse unas lucas" tras el cierre de las discoteques producto de la pandemia por el Covid-19.

"Cuando terminó el espectáculo y escuchar los comentarios del jurado tan sorprendidos, tan halagante, tan sutiles a la vez también, tan amorosos. Tan carismáticos sus comentarios que de verda llevaron toda esa sensación fría a un punto de hervir de amor, de agradecimiento a la gente que me apoyó siempre en la calle por el aplauso, por la monedita, por el cariño, por la foto, por todo. Quería como llorar de emoción. Fue lo más lindo y es lo que más he esperado siempre. Que la gente alguna vez en la vida reconozca el arte del Drag Queen, porque puta que nos ha costado", complementó.

- ¿Cuál de los comentarios te llegó más?

- Todos fueron buenos, pero uno que me llegó fue el Sergio Freire, encendió llamas en mi cuerpo y me dieron ganas de besarlo. El de Denise Rosenthal, esa energía juvenil y desgarradora que te impulsa a hacerlo y te da fuerza para decir 'aquí estoy yo'. El de Carolina Arregui fue un comentario muy maternal, muy llegador. Sus ojitos brillaban. El de Luis Gnecco fue como de un buen padre, siempre poniendo en cuestionamiento. Onda 'me cuesta, pero lo vamos a hacer'. Como un buen padre hace que su hijo crezca. Yo sé que por dentro estaba orgullosísimo de mí.

- ¿Cómo te preparaste para el programa?

- Todo partió cuando comenzaron a soltar las fases 2 en algunas comunas (del Plan Paso a Paso del Minsal). Ya que estaban cerradas las discotecas decidí ir a bailar a los a los semáforos para poder generar luquitas. Y bueno, después mi gran madre, que es la madre de Sabrina O'Donnell, Maritzu Graham, ella me incitó a trabajar a las ferias. Me llevaba generalmente a las ferias de La Pincoya, de Conchalí, de Huechuraba. Y ahí comencé a tomar una fuerza grande y de ahí explayé el personaje, fui haciendo espectáculos junto a otras chicas. Nos pusimos las "Lady Soft", y comenzamos a hacer espectáculos en los parques, en las ferias, y después fuimos llegando a los barrios más populares, bohemios, como Barrio Bellavista, Barrio Italia, y haciendo una explosión de cultura genial, que la gente en realidad se volvía loca viendo el espectáculo.

¿Cómo nació el personaje de Sabrina O'Donnell?

- Viene de un trasfondo familiar que fue una etapa de una vida muy triste. Muy forzosa. De sobrevivencia. Nace en una oscuridad, con una personalidad muy ambigua, donde ella solamente trataba de explorar quizás. Todo partió después de una Teletón del 2004, cuando yo conocí a la madre artística de Sabrina, la gran Maritzu Graham. Fui bailarín de ella cuando yo estaba estudiando ballet en el Teatro Municipal. Y en el año 2005 tuve un problema familiar. Maritzu me acogió en su casa, me trató súper bien. Y le pedí ayuda para ser transformista.

- Alabaron harto tu look. Te debe costar ene toda esa preparación…

- Toma mucho rato. Porque tengo que empezar a lavar las pelucas y eso toma por lo menos 12 horas contabilizando todo. Peinar las pelucas, los detalles de los vestuarios. El maquillaje demora como dos horas y medias. Las uñas demoran como tres horas, cuatro horas hacerla. En total son como 12 horas que por lo menos yo me demoro para verme regia, diva y estupenda.

- ¿En quién está inspirado?

- Siempre he admirado el look rubio a lo Marilyn Monroe, a los Doris Day. Creo que es lo más lindo de hacer cabaret burlesque. La expresión cultural de arte, de expresión corporal de actriz. Y bailar sensual o pantomima. Creo que es algo que me llena mucho. Y llevarlo a una época de los años 20, donde toda la elegancia, el canto, la danza… Fluía una magia increíble. Creo que tuve que enfocarme en ese look tan maravilloso para llamar la atención del público, del jurado. Porque es lo más lindo hacer espectáculo, y cuando tú haces espectáculo es magia lo que haces. Y eso es lo que yo traté de hacer, magia en el escenario. Sorprender al jurado y espero siempre sorprender a la gente.

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