Tribus caníbales, un taxi bomba y congelado en el Tíbet: Jorge Said desclasifica los secretos de 15 años como reportero

Entrevista a Jorge Said, Periodista, corresponsal de guerra y productor. Foto: Andres Perez

El corresponsal de guerra y aventurero periodista acaba de estrenar su serie más personal, Secretos de un Reportero (13C), en que revela las distintas y extremas historias que ha vivido durante sus reporteros, muchas de ellas al borde de la muerte, por lo que, en entrevista con La Cuarta, la califica como “quizá la más importante de mi carrera”.

Jorge Said se reinventó en el periodismo después de dos décadas alejado de la prensa, habiendo vivido en Estados Unidos dedicado a los negocios. Sin embargo, una fuerte caída monetaria lo desmoronó y, envuelto en un momento crítico, se lanzó de regreso al reporteo, y fue con todo: a cubrir las protestas y levantamientos armados de la Primavera Árabe en Libia, Egipto, Yemen y Siria, en busca de democracia entre el 2010 y 2012.

“Descubrí una vocación: el periodismo de guerra”, cuenta él en conversación con La Cuarta.

De ahí no paró más y continuó, por ejemplo, con la anexión de Crimea de Rusia a Ucrania en el 2014. Luego vinieron las serie de atentados de París en noviembre del 2015, lo que dio pie a Jorge para lanzar Reportero en tiempos de crisis con CHV, serie que se estrenó con las experiencias que vivió en tierras musulmanas con integrantes de Estado Islámico. Y así lo siguió Las últimas tribus (Canal 13), Buscando a Dios, a la que califica como “lo más grande que he hecho en mi vida”, y El peregrino, para History Channel.

Jorge al límite

Hace poco también estrenó El peregrino en Canal 13 y, este jueves a las 22:00 horas, arrancó con una nueva producción para 13C: Secretos de un reportero (13C). “Creo que estoy en el punto más alto de mi carrera periodística como reportero cultural”, declara él desde el living de su casa en Providencia, actualmente radicado en Chile tras años fuera... aunque no será por mucho tiempo, advierte.

“Es un sentimiento de mucho orgullo y satisfacción personal de llegar a toda Latinoamérica, de internacionalizar mi concepto, y regresar a mi país a la televisión abierta, gratuita; y ahora con el estreno de quizá la serie más importante de mi carrera”, analiza.

¿La razón de esa importancia? “Porque no sé si en la historia de la televisión han hecho una serie sobre los archivos de una persona; o sea, es como hurgar en este cofre lleno de cosas, como en mi casa que está llena de objetos y ropas, hurgar dentro de los últimos quince años que ha sido mi vida”, reflexiona, ya que Secretos de un reportero muestra contenido inédito de lo que han sido las andanzas de Jorge en medio de conflictos humanitarios y sitios recónditos en busca de comunidades extremas.

"No sé si en la historia de la televisión han hecho una serie sobre los archivos de una persona", analiza Jorge sobre el valor de Secretos de un Reportero. Foto: Andres Perez

“Mi vida me ha llevado a recorrer 100 países”, repasa. “Secretos de un reportero es entrar en todos esos aspectos, en todas esas tremendas historias que nunca las contamos, en que estuvimos cerca de la muerte, no sólo por problemas de estar en conflictos o áreas humanitarias, sino muchas veces también por áreas geográficas”.

Jorge, por ejemplo, estuvo “a punto” de morir en “arenas movedizas” en el desierto del Gobi, en Mongolia. Se enfrentó al frío extremo del círculo polar Ártico, al nivel de que “me iban a cortar el pie y finalmente no me lo cortaron; me mandaron a Francia y ahí me rehabilitaron el pie, que tenía completamente congeladas la arterias; no tenía movimiento”, relata. También, el periodista anduvo en el monte Kailash, en los Himalayas, en el Tíbet, donde se perdió una peregrinación; “hubo una tormenta de nieve que me empezó a cubrir, ahí me quedé, me senté a esperar la muerte, no sabía para dónde ir, no se veía más allá de 50 centímetros, solo, con una chaqueta”, revive.

Jorge, narrador y protagonista

El 23 de mayo del 2024, el día que murió Claudio Iturra, Jorge había ido a Canal 13 para ser entrevistado sobre su también viajero colega post tragedia. “Miré a una ventana en el patio del canal y vi “13C”, y no sé, algo pasó en mí, me atrajo como un imán, subí las escaleras y golpeé, la puerta”, algo que nunca había hecho en los quince años que lleva vinculado a la casa televisiva en Inés Matte Urrejola.

Jorge se encontró con Claudio Gárate, responsable de 13C, quien lo recibió como si lo hubiese estado esperando. “De cierta manera, ocurrió algo de magia, y en cinco minutos nos pusimos de acuerdo sobre el programa”, asegura. Por aquel entonces, el reportero venía llegando de Las Vegas; traía alrededor de doscientos discos duros con inéditas grabaciones de quince años de reporteo. “En una reunión surgió Secretos de un reportero”, remarca. “Cuando algo surge tan rápido es porque todo coincide; si no las cosas son duras, difíciles, no se encuentra el nombre o el formato”.

El desafío era que los registros que guardaba Jorge no había “manera de estructurarlos como notas, porque no están terminadas, no tienen final, nada; pero se puede presentar así, con fotos y pedazos de cosas”, plantea, y la historia la arma él a través de su narración de lo vivido. “En ese sentido este formato lo encontré genial”, porque “hay tanto archivo y tanta historia que ocurrió durante todo estos tiempo, así que perfectamente puede tener una continuidad de cinco o seis temporadas, porque tengo material para eso”, adelanta.

"Perfectamente puede tener una continuidad de cinco o seis temporadas, porque tengo material para eso”, vislumbra Jorge sobre la serie. Foto: Andres Perez

Ya con la idea clara, Jorge y el equipo de 13C pusieron tres cámaras en mi living, lo sentaron a él a relatar las distintas aventuras que componen los 12 capítulos de esta primera temporada, se cambiaba de ropa según correspondiera a lugar en que se ambientara cada historia, y así un episodio tras otro, con el material inédito con el reportero como narrador y protagonista de las experiencias extremas vividas.

—En los documentales nunca se han conocido esas historias porque uno cuenta, en realidad, el viaje y la cultura de los otros, no cuento las mías —analiza—. Esos fragmentos que nunca se han contado en la televisión, y que están guardados: cómo fue ese encuentro con las tribus caníbales; cómo fue ese momento en las arenas; cómo fue ese momento en que me iba a tomar un taxi y las mujeres me dicen “no entres”, ellas iban con cinturones llenos de explosivos y 50 metros delante mío se explotan en un check point con los militares. Si hubiera tomado ese taxi hoy no estaría contando nada. Estaría muerto.

“De eso se trata Secretos de un reportero, de escudriñar en lo que son la logística, los misterios y formas de cómo realizamos una serie”, resume.

Jorge contra el tiempo

Estos años de reportero para Jorge “ha sido una manera extraordinariamente diferente de hacer periodismo, porque, por un lado, por una cuestión de recursos, voy solo, con una cámara en la mano, con dron, lentes, baterías, un par de mochilas y contrato gente local, y ahí empezamos a hacer los videos”, explica sobre su modus operandi. “Fue un estilo muy personal que, ahora, por primera vez lo vamos a mostrar y en toda su magnitud, y obviamente que estoy muy contento de contar estas historias”.

“Espero que tengan mucho éxito, y que pasen al canal abierto, que les vaya bien en el extranjero y tengan alguna venta internacional”, vislumbra sobre los capítulos.

Jorge tiene la esperanza de que Secretos de un Reportero sea emitida en distintas partes del mundo. Foto: Andres Perez

Ya proyectándose aún más, “Secretos de un reportero es un programa que me encantaría hacerlo en vivo, directamente desde algún viaje; ya me veo haciéndolo desde un tren, cruzando Ucrania, me veo desde una canoa en el Amazonas, o desde un avión en África, haciéndole desde ahí, de distintos lugares, e ir mezclando estos recuerdos, pero en viaje”, imagina sus narraciones desde los propios sitios de los sucesos. “Ahora lo hicimos ahí (en su departamento en Providencia), con mis recuerdos acá; pero ahora me gustaría llevarlo al terreno en algún viaje”, manifiesta.

En todo caso, a Jorge le surge un temor, con 59 años recién cumplidos:

—El otro día veía las imágenes en el monte Kailash, a 5.500 metros de altura; esa peregrinación que fueron tres días seguidos, hoy día no la puedo hacer. Y fue hace cinco años. Siento que no. A lo mejor físicamente lo puedo hacer, pero ya no la quiero hacer, de sólo acordarme de lo que me pasó. Así también me pasa con las tribus caníbales en Nueva Guinea, que estuvimos cinco días caminando por arriba de los árboles. Fue muy duro llegar ahí, con los mosquitos... No sé si podría hacer ese tipo de cosas. Quiero apurarme, estoy en una carrera contra el tiempo.

COMPARTIR NOTA