“Veía a todas mis amigas carreteando y yo, una chica Mekano, planchando…”: Daniela Aránguiz reveló detalles desconocidos de su relación con Jorge Valdivia

Cuando Daniela y Jorge aún estaban juntos, y se dejaban ver públicamente.

La figura televisiva contó que se conocieron en MSN y que se casaron en unos pocos meses. También resumió su vida en Brasil.

Probablemente permanecer encerrado en un reality como Tierra brava propicie momentos como éstos, acaso más íntimos, de rebobinar historias, hablar del pasado, dejar al descubierto anécdotas o, simplemente, saciar la curiosidad del resto.

Hace algunas horas, Daniela Aránguiz fue protagonista de un diálogo que permitió conocer más detalles de la relación con su exesposo Jorge Valdivia. Concretamente, Botota Fox le consultó cómo fue que se conocieron. Y ella contestó:

“Yo bailaba en Mekano y Jorge me siguió. Nos encontramos en Costa Varúa, él era amigo de la Nicole, y ella le dio mi MSN. Un día estoy en mi pieza y siento puros zumbidos en el computador, era él que me estaba hablando”.

Desde entonces, supo que se trataría de una relación intensa, por decir lo menos. Por ejemplo, subrayó, “llevábamos cuatro meses pololeando y me pidió matrimonio, nos casamos a los ocho meses juntos”.

Fue, por lo demás, un trámite relámpago: “Un día me levanto, me propone ir a tomar desayuno, me subo al auto y me pregunta si tengo mi carnet. Me llevó a un Registro Civil y nos casamos. Nadie se enteró, cada uno vivía en su casa”.

Esa historia de amor rápida, inusual, demandante, daría un vuelco de 180 grados cuando Valdivia le comunicó que debía abandonar el fútbol chileno y recalar en Brasil. “Me dijo: me compraron en Brasil, me voy a jugar a Palmeiras, y me dice que como estamos casados, me tengo que ir con él”, recordó Aránguiz. “Yo trabajaba en la tele aquí, pero tuve que dejar todo para irme a encerrar a un departamento, sin hablar el idioma y más sola que la chucha”.

Entonces tocó otro tema delicado, el de la maternidad: “Él quería tener un hijo, insistió tanto que le dije que no iba a tener hijos si no me casaba por la iglesia”, de modo que “me pasó una tarjeta brasileña y me dijo que me fuera a Chile a preparar la fiesta hasta que él llegara en diciembre, y así lo hice en tres meses”.

“Veía a todas mis amigas carreteando y yo una chica Mekano planchando, cocinando, haciendo aseo, encerrada en un departamento, sola a los 20 años”, completó.

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