Una de las supermodelos más importante de la década de los 90’ desapareció del ojo público tras un procedimiento estético que afectó su salud física y mental.
Durante años posó para cientos de revistas y sus fotografías daban vueltas por todos los medios, era difícil no saber quién era Linda Evangelista y el impacto de su presencia en el mundo del modelaje.
Pero hace cinco años la ex supermodelo se autoexilió de los medios y el escrutinio público, esto después de haberse sometido a un procedimiento estético que desfiguró su cuerpo. Hoy después de permanecer oculta y alejada, decidió romper su silencio en una entrevista con la revista People, esperando que su testimonio ayude a otros.
En el 2015 se sometió a una técnica llamada CoolSculpting, la cual funciona como una alternativa menos invasiva a la liposucción, a través de un “congelamiento de la grasa.”
Tras siete sesiones de CoolSculpting realizadas entre el 2015 y el 2016, Evangelista comenzó a notar los nocivos efectos de este procedimiento en su cuerpo, tres meses después de su última sesión. Empezó a notar unas protuberancias en su mentón, muslos y el área del sostén, las mismas áreas que había buscado disminuir con esta técnica, ahora se estaban agrandando y endureciendo, hasta finalmente entumecerse.
Sin saber qué hacer, la modelo comenzó a ejercitarse más seguido y mantener una dieta más estricta, hasta llegar al punto de no comer nada durante el día, buscando así que estos depósitos de grasa desaparecieran, pero no obtuvo ningún resultado. “Pensaba que me estaba volviendo loca.”
Hiperplasia Adiposa Paradójica
Después de semanas sin obtener resultados y que los depósitos de grasa en su cuerpo continuaran creciendo, Evangelista acudió a un especialista. “Me quité la bata, estaba llorando y dije no he comido en tres días, me muero de hambre ¿Qué estoy haciendo mal?”
En ese momento su médico la diagnosticó con Hiperplasia Adiposa Paradójica, un efecto secundario de la criolipolisis, tratamiento al que se sometió la modelo, y que afecta alrededor de un 1% de los pacientes. Este afección no tiene cura, “ninguna dieta o ejercicio lo puede solucionar” comentó el doctor a Evangelista.
A raíz de este diagnostico, Evangelista demandó Zeltiq Aesthetics, compañía dueña del recinto donde se realizó el tratamiento de CoolSculpting, por $50 millones de dólares. La modelo alegó que tras sufrir los efectos secundarios no pudo seguir trabajando ni estar en público. “Amaba estar en la pasarela, ahora me aterra encontrarme con alguien que conozca. Ya no puedo vivir así escondida y avergonzada. Ya no puedo vivir con este dolor.”
Regreso a los medios
Entre el 2016 y el 2017 la modelo se realizó dos liposucciones, buscando revertir los efectos negativos en su cuerpo. En un principio estas serían financiadas por la clínica que le realizó el procedimiento de CoolSculpting, pero a cambio de que firmara un acuerdo de confidencialidad y no comentara lo sucedido, a lo que Evangelista se negó.
Después de la primera intervención tuvo que usar prendas de compresión, barbijo y faja por ocho semanas, de lo contrario la hiperplasia podía regresar y así fue, a pesar de los cuidados que tuvo y de la segunda liposucción. “No estaba ni un poco mejor. Los bultos son protuberancias duras. Si camino sin una faja bajo el vestido se me forman heridas hasta el punto de sangrar, porque no es un roce suave, es un roce duro.”
Estos cambios en su cuerpo también han afectado su postura, ya no puede apoyar los brazos al costado de su cuerpo, producto de las protuberancias que hay bajo estos. “No creo que un diseñador quiera vestirme así…Ya no me miro al espejo, no se parece a mi.”
Actualmente su proceso de recuperación y la demanda en contra de la empresa responsable, está enfocado en su propia aceptación, por lo mismo accedió estar en la portada de la revista People y contar su historia. “Ya no me voy a esconder.”