Participante del reality perdió la paciencia tras una pelea que tuvo con Pincoya.
Un llamativo descargo lanzó Mónica Ramos en el episodio de este jueves de Gran Hermano, donde impactó a todos al revelar que tiene ganas de abandonar el encierro.
Luego de protagonizar una tensa pelea con Pincoya, la longeva participante fue llamada al Confesionario. En esa instancia, la mujer del pelo morado se desahogó.
“Me he sentido decepcionada porque yo soy un 5% de los jóvenes, de sus actitudes, vocabulario, eso me apena mi corazón porque digo cómo tenemos una juventud tan perdida”, planteó.
Y en esa misma línea, agregó: “cómo me voy a integrar a esos grupos, por lo menos el grupo mío que se la lleva puro hablando tonteras, estupideces”. Esto último, a las personas que conforman su pieza.
El descargo de Mónica
Enseguida, se refirió a los recientes dramas que surgieron en la casa, los que incluso generaron que se le pasara por la cabeza la opción de mandar todo a la punta del cerro y echarse al pollo.
“Por qué se tienen que tratar tan mal si se pueden conversar las cosas, no gritarse. Yo por eso prefiero, por muchas cosas que están sucediendo, que me duelen, me siento triste... tenía ganas de venir a pedir que quería irme”, sostuvo.
Pero eso no es todo, pues profundizó en sus dichos en una posterior charla con Alessia.
“Ya no quiero más. Si me mandan a placa voy a pedir que no me salven, que dejen que me vaya, porque renunciar, yo no voy a renunciar. Te lo prometo, eso sería de una mujer cobarde”, remató.
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