Yann Yvin aseguró que los soponcios que ha sufrido en plenas grabaciones de "El discípulo del chef" se deben a que le sube la presión peligrosamente. Para peor, no puede comer mucha sal, por lo que no puede probar los platos.
"El discípulo del Chef", a estas alturas, se ha convertido en un verdadero coliseo, donde a la hora de los quiubos los participantes se han tirado las ollas por la cabeza con tal de ganar.
De hecho, tanto los competidores como Ennio, Sergi y Yann se lo han tomado tan enserio, que aparte de sentirse frustrados el maestro de la cocina francés llegó a ir a dar a la enfermería de Chilevisión.
A raíz de estas visitas a los paramédicos, Yann Yvin abrió su corazón adolorido, sobre todo porque tiene el antecedentes que su papá murió por problemas de hipertensión. "Antes de partir el programa nunca me había sentido fatigado, nunca tuve un accidente cardiovascular, pero hace unos capítulos sentí una fatiga grande por la exigencia y por la entrega", relató.
- ¿Te exige mucho el espacio?
No, me di cuenta que más allá de querer ganar o no, al final no deseamos fallar delante de nuestros discípulos, esto es muy importante. Es como ser director técnico y nos esforzamos por entregar lo mejor de nosotros como profes, entre comillas. El mayor desafío para nosotros es dar nuestro conocimiento de la mejor manera, y de ahí nos frustramos cuando no logramos que nos entiendan fielmente lo que es cocinar bajo el rigor.
- ¿Te apasionas con tu equipo?
Eso me sale de la guata, de la piel, de mi ADN, porque busco entregar una emoción y me quedo un poco corto cuando la cosa no va exactamente o siento que no me entendieron, ahí se me sube, se me sube, se me sube la presión.
- ¿Cómo empezaste a darte cuenta de que se disparaba la presión arterial?
Mi cuerpo me dijo varias veces: "Yann, stop, hasta ahí nomás". Y ahora, cuando la siento subir, trato de tomarlo con más calma.
- ¿Qué te dijo la paramédico del programa?
La enfermera y los doctores me dijeron: "Tienes que alejarte un poco, te vas a quemar si te acercas demasiado al sol, da un paso atrás y enseña no con menos pasión, pero con menos guata".
- ¿Fuiste a la clínica?
Me mandaron obligado a hacerme exámenes para seguir con el programa. Me dijeron: "Yann, no regreses al programa si no te haces exámenes para saber que todo está bien".
- ¿Y qué chequeos te hiciste?
Electrocardiograma, orina, sangre, otro para ver lo cardiovascular y saber que todo está bien y está bien. Me tengo que cuidar, tengo que comer menos salado, más sano, hacer mucho más deporte, dormir mejor y las cosas normales de una buena rutina de vida.
- ¿Lo haces?
No soy muy bueno para dormir, eso me cuesta; deporte, no soy muy bueno para el deporte, pero terminando el programa le haré hincapié al consejo del doctor.
- ¿Por qué te agitas tanto en las competencias?
Lo más difícil es no poder probar, prefiero dejar espacio a la creatividad de montar el plato, pero no probar es lo más difícil, eso me hace morderme la lengua.
- ¿Te da lata dejar de ser ese chef apasionado?
Podría estar más atrás y decir consejos, pero tengo el deber moral de enseñar lo que a mí me enseñaron, eso es algo que está en mí, no puedo guardarlo, tengo que traspasarlo a los más jóvenes.
- No queda más que cuidarse...
Soy flaco, como bastante bien, de manera equilibrada, pero al final no es suficiente, hay que aprender a cuidarse y los hombres somos bastante malos para eso.