La “Pincoya sin glamour” se enfrentó al resto de los participantes por una instrucción que recibieron.
Un tenso conflicto se generó en la casa del reality Gran Hermano, que tuvo a la participante Jennifer -conocida como la “Pincoya sin glamour”- enfrentada a sus compañeros mientras trabajaban juntos para cocinar.
Todo comenzó cuando los participantes recibieron la instrucción de no comer pollo, regla que no le gustó mucho a Jennifer.
La mujer entonces tomó la presa de pollo para guardarla, mientras que el resto de sus compañeros le decían que no podía hacer eso.
“Podemos complementarlo con otra cosa”, “Jenny, no se puede comer el pollo”, le dijeron sus compañeras a la mujer oriunda de Chiloé.
“Lo voy a dejar guardado. Yo no lo voy a botar. Si aquí dicen que hay que botarlo, yo no voy a botar la comida. Eso es pecado. Yo no lo voy a botar”, argumentó Jennifer, generando una discusión con los demás participantes, que no estaban de acuerdo con no seguir la instrucción que recibieron.
Por su lado, Viviana le dijo que ella iba entonces a botar el pollo, pero Jennifer le impidió el paso.
“No se come, pero no te han dicho que hay que botarlo”, argumentó la mujer.
“¿Qué vas a hacer? ¿Lo vas a poner en la pieza de adorno?”, le preguntó la futbolista a su compañera.
La situación continuó escalando y estaban varios participantes en la cocina hablando a la vez sobre qué hacer con el pollo en cuestión. “¿Dijeron botar el pollo? ¿Botar o no comer?”, cuestionó la mujer.
Tras la situación, Constanza se acercó para abrazar a Jennifer tras la discusión. Por su lado, Fran le comentó a la mujer que se trataba de una orden.
“Está bien, pero por último lo hubiese guardado, la hubiese dejado en un pote para que se pueda utilizar”, argumentó Jennifer.
Por su lado, Fran intentó empatizar con la mujer. “Amiga, te entiendo, pero es una orden del ‘dueño de casa’”, le explicó.
“Me da lata que boten la comida, habiendo tanta gente que no tiene que comer. Por último yo me la como”, argumentó Jennifer, sobre el motivo por el cual no quería tirar a la basura la presa.
Sin embargo, Viviana arremetió y le comentó desde la cocina que “¡no se puede! ¡Si te la comes te pueden echar!”
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