Un grupo de turistas se topó con una inusual escena en la región de Los Lagos: al felino nativo más grande del país y, más encima, aplicándose en la natación. Contra los prejuicios, en realidad es un comportamiento que con cierta frecuencia se da entre estos parientes de los gatos.
De pronto, las miradas de un grupo de turistas se concentraron en una criatura que, sin apuro, avanzaba por un ancho río en la costa de la Región de Los Lagos. Atardecía, eran las 19:00 del lunes 12 de febrero, el sol se reflejaba y encandilaba sobre la superficie. En un punto, el grupo de amigos sobre el bote reconoció de qué se trataba.
“Al principio no sabíamos lo que era y cuando nos fuimos acercando nos dimos cuenta que era un puma (Puma concolor)”, relata la maquilladora rancagüina Macarena Tarud, quien anda de vacaciones en el sur de Chile, a La Cuarta. “No tenía idea que los pumas eran buenos nadadores”, admite quien, avispadamente, atinó a sacar el teléfono para grabar el momento y compartirlo en TikTok. Prefiere mantener en reserva el nombre del río.
“Esto es impagable”, manifestó uno de los testigos. “Lo encuentro genial”, agregó otra, mientras algunos no podían creer que se trataba del felino nativo más grande de Chile. “¿Es un puma? No puede haber un gato tan grande”, se preguntaban y lo descartaban de sus similares.
Macarena estima que, por el ancho del río, el individuo habría nadado unos 200 metros, al menos. “Nunca había visto un puma, ni menos de tan cerca”, asegura ella, quien expresa sobre la escena que “la encontré muy linda y muy agradecida de ver al puma nadando”.
Las natación de los pumas
Melanie Kaiser, veterinaria y co-fundadora de la fundación Con Garra, dedicada a la conservación de los felinos nativos chilenos, destaca a La Cuarta que, efectivamente, los pumas “son buenos nadadores”, aunque desconoce si “hay estudios exhaustivos de poblaciones grandes que den fe de qué porcentaje de pumas nadan y con qué frecuencia; pero hay algunos estudios anecdóticos”, los cuales muestran que el nado es más común de lo que el mito en torno a la hidrofobia gatuna sugiere.
En su libro En el límite: Pumas, Torres del Paine (2021), Nicolas Lagos, conservacionista especializado en pumas, señala: “Quizá sea común pensar que los felinos temen al agua, por lo que evitan ríos y lagos”. Pero, al menos en aquel parque nacional “se ha observado a individuos cruzar sectores no torrentosos del río Paine y el lago Pehoe, lo que demuestra que el agua no es una barrera natural para el movimiento de este felino”, asegura en la publicación, considerando que —sobre todo los varones— tranquilamente recorren entre 20 y 220 kms para dispersarse y hacerse de sus propias tierras donde cazar.
Pero, de hecho, en la misma Patagonia, hay un registro del 2010 de un macho que cruzó un par de veces a la isla Víctor, en el Lago Cochrane para comer, lo cual le significó entre 500 y 1000 metros de nado. Ahí, en el Parque Nacional Patagonia, Región de Aysén, —complementa Melanie—le pusieron un collar de rastreo. Y se dieron cuenta que el felino incluso llegó a la isla, comió y volvió tras pasar ahí la noche.
También, en Estados Unidos y Canadá se han visto a individuos hasta a dos kilómetros de la costa en grandes cuerpos de agua, dejando en evidencia su gran capacidad de adaptación. A pesar de las múltiples amenazas humanas, sus distintas subespecies se las arreglan —con más o menos suerte— para sobrevivir a lo largo de toda América. “Si es un comportamiento que prefieren, que le guste meterse al agua, creo que no podríamos llegar a tal punto (de afirmarlo)”, aclara Melanie.
La especialista de Con Garra sugiere que hay dos razones por las que un puma querría cruzar un río o lago. La primera es por su “desplazamiento natural”, ya sea cuando un cuerpo de agua se encuentra dentro de su hábitat, si busca comida; si quiere encontrar pareja reproductiva; o cruzar por ser expulsado del territorio de un par.
En tanto, el otro grupo de opciones serían las amenazas, es decir, “necesidades urgentes, quizá incluso en condiciones donde normalmente no se metería al agua, porque puede ser muy grande (el cuerpo de agua) o tener mucha corriente, que es cuando escapa de percusión, incluso en la áreas protegidas del sur”, asegura. “Hemos visto jaurías de perros persiguiendo a los pumas”. O también puede tratarse de la huida de algún incendio forestal.
En lo que al video respecta, Melanie asume que el puma “estaba bastante contento, tranquilo, cruzando porque el otro lado también será parte de su territorio, o para defenderlo; pero todo dentro de su comportamiento natural”.
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