La nueva versión del clásico RPG combina a la perfección los gráficos modernos mientras mantiene la esencia del título original.
En sólo unos días se lanzará Dragon Quest lll HD-2D Remake, una nueva versión de un clásico de los J-RPG y que regresa utilizando una de las tecnologías más llamativas del género en los últimos años, el HD-2D, popularizado por Octopath Traveler y que ahora varios clásicos no temen en utilizar. Durante las últimas semanas hemos tenido la oportunidad de probar este juego, el cual brilla de principio a fin y es una combinación perfecta entre nostalgia y modernidad, tomando aquella estética que tenían los juegos en los 90′ y adaptándola a tiempos modernos pero sin perder su esencia.
Dragon Quest III originalmente se lanzó para Famicom en 1988 en Japón y tuvo una versión en Super Nintendo en 1996. Este remake aunque mantiene en gran medida su historia, nos llega con una apariencia completamente renovada y una serie de cambios en la jugabilidad, como la perspectiva de la cámara, la cual permite captar mayor detalle de los diferentes personajes y escenarios.
Pero comencemos por la historia, Dragon Quest III HD-2D Remake, al igual que el juego original nos pone al control del héroe o heroína, quien en vísperas de su cumpleaños número 16 decide emprender un viaje para seguir los pasos de su padre, Ortega, quien desapareció cuando emprendió un viaje para derrotar un Archidemonio que amenaza al mundo entero. Es así como sin mucho preámbulo, es que reunimos un grupo de aventureros para emprender este viaje que nos llevará a diferentes pueblos buscando información y poco a poco descubriendo pistas que nos llevarán a cumplir nuestro objetivo.
Lo primero que hay que señalar, es que a pesar de ser un remake, el juego no pierde su esencia de juego antiguo, algo que puede ser positivo o negativo dependiendo de como lo mires y es que antiguamente, los RPG y los juegos en general, no perdían mucho tiempo dándonos contexto o enormes textos sobre el trasfondo de los personajes, eran mucho más simples en este aspecto, sólo nos entregaban pequeños detalles y nos liberaban a la aventura. Es así como el caso de Dragon Quest III HD-2D Remake, no tenemos mayores motivaciones para el personaje o trasfondo para nuestros compañeros de aventura, lo que si lo vemos con ojos modernos, puede resultar un tanto decepcionante.
De todas formas, de vez en cuando, jugar un RPG que no te tiene 30 minutos o más sólo de introducción tampoco es algo malo, sobre todo si tenemos en cuenta que acá estamos frente a un clásico del género y que si lo cambiaran por completo quizás perdería la magia que lo volvió tan popular en sus primeros años.
¿Si la historia no fue actualizada entonces dónde está el atractivo? Bueno, gran parte del atractivo de este juego y que hace que valga la pena jugarlo completamente, es su diseño HD-2D y es que su aspecto visual y gráficos hacen que este se luzca en cada uno de sus escenarios, desde cuando recorremos el mundo abierto, hasta cuando visitamos las diferentes mazmorras o pueblos, que dejan de ser mapas completamente planos por un diseño tridimensional, todo luce de forma increíble.
De igual forma el diseño de personajes y de los enemigos luce bastante bien y es que los diferentes modelos se encuentran bien detallados pero sin perder la esencia del juego original y es que este es quizás uno de los elementos más fuertes que presenta este remake HD-2D y es que a pesar de que luce completamente renovado no deja en el pasado sus raíces tanto al hablar del diseño de menús como de sus personajes y escenarios.
Como ya mencionábamos, estos increíbles diseños son acompañados por una jugabilidad que busca mantener la esencia que tenían los títulos de antaño y que en ocasiones resultan mucho más desafiantes que los juegos modernos, aunque de todas formas suma algunas novedades que pueden volverlo más amigable con los nuevos jugadores.
Antiguo vs Nuevo
Acá llegamos a uno de los puntos más relevantes y es que uno de los elementos centrales de la jugabilidad del juego original, era que el jugador debía poco a poco ir descubriendo a los lugares que se tenía que dirigir, para esto debía hablar con las diferentes personas en los pueblos y prestar atención a lo que estos señalaban. Para esto no tenías ningún tipo de señal que te marcara el lugar al que te debías de dirigir por lo que la exploración y la atención eran un elemento central en la jugabilidad.
En esta versión esto se mantiene... bueno se mantiene si así lo quieres, y es que el juego cuenta con la opción de que se nos marque en el mapa el lugar al que nos tenemos que dirigir. Esto simplifica en gran medida la jugabilidad y hace que el viaje por el mundo de Dragon Quest sea mucho más directo. No voy a negar que esta opción es bastante atractiva si no quieres estar dando vueltas y hablando con todos los habitantes para descubrir hacia donde te debes dirigir, pero le quita un poco de magia a lo que es la esencia del juego original.
De igual forma, tenemos opciones para cambiar la dificultad mientras estamos jugando, por lo que si los combates te están resultando muy desafiantes, sobre todo si tenemos en cuenta que revivir personajes o curarlos cuesta dinero y que puedes pasar de enfrentar dos enemigos a seis de un momento a otro, siempre puedes recurrir a bajar la dificultad. Estas opciones que buscan adaptar el juego a tiempos más modernos, están bien y lo bueno es que puedes jugar sin utilizarlas perfectamente, haciendo que la experiencia sea más ‘hardcore’ y parecida al juego original.
Respecto al sistema de combate, nos encontramos frente a un RPG por turnos clásico, donde nuestros aliados pueden ser controlados en base a una serie de tácticas generales como centrarse en la curación, defender al equipo o pelear sin cuartel, o podemos controlarlos de forma manual. Hay que admitir que si utilizas las tácticas correctas dependiendo de los ‘Job’ de tus compañeros se puede facilitar bastante los combates, pero el atractivo de controlarlos uno mismo y pensar en diferentes estrategias dependiendo de sus habilidades sin duda es algo superior.
Finalmente, hay que mencionar que el juego puede que te cueste un poco tomarle el hilo, sobre todo a la constante de salir al mundo abierto combatir, regresar al poblado, curar a los personajes y repetir una y otra vez. Sin embargo, una vez que le agarras el hilo el juego se vuelve realmente atractivo y adictivo. Junto con esto, es que además tienes lugares para explorar o el hecho de poder combatir con algunos monstruos que vayas encontrando, en una especie de combate Pokémon, sumándole aún más al título.
En Conclusión...
Dragon Quest lll HD-2D Remake es un atractivo regreso de un juego que es probable que muchos no jugaran. Esta adaptación mantiene en gran medida la esencia del juego original, siendo los mayores cambios el aspecto gráfico y algunos elementos de jugabilidad. Es así como el juego nos presenta lo mejor de dos mundos, la magia de poder disfrutar un juego de antaño con esa sensación de nostalgia que provocan los juegos viejos, pero a la vez, gráficos adaptados a los tiempos modernos y los cambios justos para que no se vuelva del todo tedioso.