Review | Mortal Kombat 1: Reina el Kaos, una expansión que queda al debe con su historia

Aunque no llega a brillar como si sucedió con la expansión “Aftermath” del juego anterior, los nuevos combatientes y los animalities probablemente son razón suficiente para atraer a los fanáticos de la saga sangrienta.

Como suele suceder, los videojuegos de pelea están siendo lanzados inicialmente de una forma incompleta, ya que sus compañías desarrolladoras y publicadoras crean grandes planes de temporadas y combatientes que posteriormente se unen para expandir no solo las posibilidades de juego, diversificando el roster, sino que también para agregar más elementos a las historias que buscan retratar. Y, obviamente, ganar más billetes en ese camino.

En el caso de la franquicia Mortal Kombat, su ruta se solventó por completo en los últimos años para alagar la vida de cada entrega por un par de años más. En ese sentido, la apuesta anterior de la saga - Mortal Kombat 11 - fue bastante satisfactoria al entregar una primera etapa de historia que sí se sintió completa y que no mermó su experiencia pese a la ausencia de algunos peleadores clásicos.

Al mismo tiempo, el juego completó su ruta con una expansión “Aftermath” que no fue un mero relleno y culminó la historia de un Liu Kang convertido en Dios para abordar los desafíos para crear una línea de tiempo reiniciada. Todo esto cerrando con el lanzamiento de una versión “Ultimate” que finalmente entregó al juego en todo su esplendor, personajes y expansiones.

Ahora, la más reciente entrega, el nuevo borrón y cuenta nueva llamado Mortal Kombat 1, siguió ese mismo camino franquiciado y entró en el terreno de las expansiones con un contenido llamado “Reina el Kaos” (Khaos Reigns). Pero a diferencia de lo que sucedió con la versión 11, aquí sí se siente que la historia no está a la altura de las circunstancias.

Es decir, si en el pasado lograron crear un atractivo vuelco poniendo en el centro a Shang Tsung, en esta ocasión no hay nada que termine subrayando la necesidad de hincharle el diente de forma inmediata.

Mucho de ello se debe a que la historia involucra al desabrido villano Havik, introducido originalmente en el ya lejano Mortal Kombat: Deception, quien no está a la altura de los grandes villanos de la saga.

En ese ámbito, aquí decide raptar a Geras y cambiar por completo todas las líneas del tiempo. Claro, como si ya no fuese difícil seguir la pista de una historia que ha tenido tres reinicios en los últimos seis videojuegos.

También en el camino hay traiciones a la orden del día, nuevos personajes, un poco más de foco en clásicos ninjas y las inevitables batallas sangrientas, pero el armatoste que sostiene todo en términos de historia no se siente satisfactorio.

Lo bueno es que más allá de ese aspecto, la jugabilidad de Mortal Kombat sigue impecable y el equipo de NetherRealm Studios han logrado pulir el estilo de juego para entregar nuevos personajes que realmente aportan y buscan satisfacer a los fanáticos de larga data de la franquicia.

En particular, Noob Saibot, cuya historia se desenvuelve en medio del conflicto, es un gran añadido que sigue siendo tan insufrible como habitualmente lo es. El aporte de la versatilidad de personajes como Cyrax y Sektor también ayuda a complementar la experiencia con el control en las manos, siempre en busca de los benditos fatalities.

Además, más allá de que esta expansión no logra sentirse tan única como sí logró “Aftermath” en el juego anterior, la inclusión de personajes no canónicos como Ghostface, T-1000 y Conan el Bárbaro tienen la posibilidad de contribuir al desenfreno que uno espera siempre de Mortal Kombat. Lo mismo pasa con los Animalities para cerrar las peleas.

Lo que queda entonces es una expansión que queda al debe en términos de su contenido de historia, pero al menos puede ser un buen complemento para todos aquellos fans que tienen ya el juego base y quieren que su experiencia esté más completa. Pero, recuerden, inevitablemente llegará una versión Ultimate en el futuro.

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