El nuevo videojuego para Nintendo Switch representa un excelente desafío para competir contra una mismo, tus amigos e, inclusive, jugadores de todo el mundo para ver quién es el más rápido en agarrar el champiñón.
Nintendo World Championships, el juego ya disponible en la Nintendo Switch, representa un experimento de nostalgia de múltiples niveles.
De partida, es un revival de un torneo de competencias organizado por Nintendo durante 1990 que enfrentó a múltiples jugadores que participaban en competencias con un cartucho especial que incluía minijuegos basados en tres hits de la primera consola de la compañía: Super Mario Bros. (1985), Rad Racer (1987) y Tetris (1989).
Por otro lado, también es una extensión que agrega un componente multijugador que ha sido bastante exitoso en la nueva plataforma de Nintendo, ya que en los últimos años lanzaron títulos como Mario 35 y Tetris 99, los cuales han recuperado a esos clásicos videojuegos que no tienen porqué morir.
En ese sentido, Nintendo World Championships: NES Edition se instala como un verdadero desafío que nos motiva a mejorar con cada juego para realizar diversas pruebas que nos piden una sola cosa: realizarlas en el menor tiempo posible.
Aquello obviamente agrega un componente de enviciamiento no menor, ya que a medida que vamos mejorando nuestras marcas, siempre vamos a ir creyendo que podemos reducir y seguir reduciendo los récords personales, quitándole segundos, centésimas e inclusive milésimas al reloj.
Todo lo anterior se lleva a cabo en desafíos que se centran en diversos videojuegos que incluyen títulos tan clásicos como Donkey Kong, Metroid, Kirby’s Adventure, The Legend of Zelda y, obviamente, Super Mario Bros. y sus secuelas, , además de apuestas menos populares pero aún emblemáticas como Balloon Fight, Excitebike, Ice Climber, Kid Icarus y Zelda II: The Adventure of Link.
El juego se divide en varios modos que incluyen un desafío Contrarreloj clásico en donde cada uno de los videojuegos tiene desafíos específicos elegidos por la propia Nintendo.
Por ejemplo, el primero de Super Mario Bros nos invita a cazar el champiñón en solo un par de segundos, mientras que el primero de Donkey Kong nos invita a subir una simple escalera.
Cada marca entrega evaluaciones, las cuales entregan monedas y, en ese avance, se requieren esas mismas monedas para desbloquear hasta 15 desafíos por juego, aunque algunos tienen muchos menos.
En todo ese escenario, la diversión también conduce al estrés, el estrés conduce a la enajenación y, en cierto sentido, también al “lado oscuro de los videojuegos, ya que se abren las puertas para decepcionarte cuando cometes un pequeñísimo error que te hace perder valiosas centésimas por no seguir el patrón de avance que vamos detectando para garantizar ir mejorando. Y es que claro, vas compitiendo contigo mismo ya que a un lado izquierdo de la pantalla se ve al fantasma de tu mejor performance.
Otro modo del videojuego implica un campeonato mundial, en donde Nintendo crea desafíos semanales en donde los jugadores de todo el mundo compiten para tener el récord mundial. La idea sigue la dinámica anterior, pero quizás lo más llamativo está en la posibilidad de revisar las dementes repeticiones de los campeones que obviamente humillan las marcas de la mayoría.
En tanto, y siguiendo la idea de Tetris 99, también hay un modo de supervivencia que sigue las reglas de una batalla real para enfrentarse a los fantasmas de jugadores de todo el mundo en tres rondas de competencia en donde se van eliminando los jugadores con los peores registros. Y obviamente, como pasaba en Highlander, solo uno puede ser el mejor.
El último modo es una “Fiesta”, en donde hasta ocho jugadores pueden competir usando una misma Nintendo Switch para determinar a un ganador que logre superar los desafíos de la forma más rápida.
Todo lo anterior genera una mezcla bastante divertida que permite recuperar clásicos, ponernos a prueba para mejorar con cada partida y, al menos en mi caso, también recordar traumas infantiles con títulos como Excitibike que siempre me costó dominar. Al menos ahora sé que pude lograr al menos notas A para superar los desafíos con dignidad.
Lo otro llamativo es que, gracias a la selección de juegos, también Nintendo World Championships: NES Edition se abre como una puerta de acceso a títulos que hoy por hoy están generalmente empolvados, inclusive en nuestros recuerdos. Aunque nunca fui fanático de Zelda II en mis tiempos de NES, experimentar el juego como un desafío de tiempo me pareció tan divertido, que quizás ahora sí le doy una oportunidad.
Así, lo que queda es un videojuego que es una buena oportunidad para ponerse a prueba con títulos que definieron el auge de los videojuegos, pero también tiene un modo lo suficientemente divertido como para enfrentarse, trollear y sufrir con las victorias y derrotas de cada carrera contrareloj. Si hacen algo similar con juegos de Super Nintendo, bienvenida sea esa apuesta desde ya.
Nintendo World Championships: NES Edition ya está disponible.