Warner Bros. perdió 200 millones de dólares gracias al juego de The Suicide Squad

Un reporte de Bloomberg reveló los problemas internos que tuvo el estudio Rocksteady para lanzar el que posiblemente se convierta en el mayor fracaso del año en el mundo de los videojuegos.

Después del éxito de la trilogía de Arkham, la serie de juegos de Batman que se hizo famosa durante la generación de la PS3 y la Xbox 360, los jugadores y también los inversionistas esperaban con ansias cuál sería el siguiente juego de Rocksteady Studios, una empresa británica que logró la difícil tarea de crear un juego original basado en un superhéroe como Batman que se sintiera fresco y además cercano a su fuente.

Ocho años tuvieron que esperar los gamers para ver su resultado y para sorpresa de todos, se convirtió en uno de los mayores desastres de la industria de los videojuegos. Siguiendo en el universo de DC Comics, en febrero de este año se lanzó Suicide Squad: Kill the Justice League, una nueva aventura ambientada en el mismo universo de los juegos de Arkham pero protagonizada por los antihéroes más populares de la compañía.

Pero el problema fue que, a diferencia de los juegos de Batman, que eran aventuras solitarias enfocadas en la historia y en mostrar las habilidades del personaje, Suicide Squad es un juego multijugador en línea basado en misiones repetitivas y muy alejado de la experiencia que Rocksteady había creado.

El juego terminó siendo un fracaso y de gran envergadura, ya que según relata un reporte de Bloomberg, entre el dinero utilizado durante sus 7 años de desarrollo, el marketing, los constantes retrasos y cambios de dirección, el título terminó generando un vacío financiero de 200 millones de dólares para la empresa, convirtiéndose así en candidato a ser, al menos en dinero, el mayor fracaso gamer del año.

Las razones que explican este fracaso están en la calidad del juego, pero también en el proceso poco claro que tuvo el desarrollo del juego a lo largo de los años, sobre todo considerando que la empresa, que solo había hecho juegos para un solo jugador, ahora tenía que crear un título totalmente multijugador y online.

De hecho, la compañía recién estaba experimentando con la posibilidad de integrar más jugadores en un título con un proyecto original llamado Stones, que fue eliminado para hacer el encargo que llegó desde Warner Bros. La idea desde arriba era poder hacer un título que fuera “de servicio”, como Destiny o Fortnite, que pudiera generar ventas a través de pases de temporada y cosméticos, a su vez que pudiera entregar contenido de manera constante y, lo más importante, sin ser repetitivo.

Esta nueva tarea obligó al estudio a crecer, pero quienes entraban estaban sorprendidos de que el próximo proyecto no fuera como los anteriores. Entre medio de todo hubo conflictos sobre cómo tenía que ser el combate, por ejemplo. Al comienzo se pensó en hacer combate mano a mano, como en la serie de Batman, pero luego se optó por armas, que tampoco tenían mucho que ver con las habilidades de sus protagonistas.

Finalmente, tras dos años de atraso desde su anuncio oficial, el juego llegó y fracasó tan fuerte que los fundadores de Rocksteady renunciaron para crear un nuevo estudio llamado Hundred Star Games, con el cual esperan estar lejos del caos que significó trabajar con un producto corporativo donde el mandato del estudio tenía más valor que el input creativo de sus trabajadores.

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