El DT ha hecho debutar 15 jugadores en la Roja; sin embargo, muchos defraudaron y el refresco de caras nuevas se estanca.
Pocos conocían a Reinaldo Rueda en Chile. Más allá de su extenso currículo, no se trataba de un personaje familiar para el futbolero de nuestro país. Por eso cuando fue designado como el nuevo seleccionador nacional, llamó la atención su manera de trabajar.
Esto porque empezó a meter mucha mano en la Roja. Su discurso era uno solo: el recambio. La "generación dorada", que consiguió dos Copa América y dos clasificaciones a Mundiales, la veía desgastada. Y pensando en que fue contratado para conseguir llegar a Catar 2022, se enfocó en los jugadores más jóvenes, pero con menos experiencia en la selección, para planificar lo que será ese duro camino, que iniciará luego de la Copa América que se jugará en Brasil el próximo año.
Claro que no le ha sido fácil. Así lo ha descrito en sus conferencias de prensa. "Jean (Beausejour) dice 'yo no regalaré nada, pelearé hasta ultimo minuto'. Claudio (Bravo) dice que 'si llega alguien mejor, que lo demuestre'. Ninguno de los consolidados se va a entregar, porque nadie se quiere ir de la selección. Por eso el gran desafío para estos jóvenes es saber que esta generación escribió una historia dorada, y reemplazarlos no será fácil en ningún sentido. Los más grandes serán idolatrados de por vida".
Así es como durante todo el 2018 ha probado un montón de jugadores. Su sistema táctico no ha variado, siempre con un 4-3-3, aunque han pasado demasiados nombres nuevos por la formación.
Algunos que alguna vez habían jugado en la Roja pero nunca más aparecieron, como Diego Rubio. Y 15 que jamás se habían calzado la camiseta del "equipo de todos": Brayan Cortés, Fernando De Paul, Gabriel Arias, Víctor Dávila, Francisco Sierralta, Cristián Cuevas, Ángelo Araos, Jimmy Martínez, José Bizama, Alfonso PArot, Ignacio Jeraldino, Felipe Mora, Sebastián Vegas, Gonzalo Collao y Marco Bolados. De esos, muy pocos aprobaron con nota azul.
El difícil paso de rejuvenecer
La Selección Chilena nunca ha destacado por tener muchos logros. Por ello es que luego de haber ganado dos Copa América, y haber malacostumbrado al hincha de la Roja a ganar siempre yendo hacia adelante, tomar el fierro caliente de la banca no era fácil.
El futbolero sigue soñando con Marcelo Bielsa o con Jorge Sampaoli. El cafetero Rueda tiene otro concepto del fútbol. En la cancha refleja otra idea, y los intérpretes que ha probado no lo han llenado. Por ahora, le hierve la cabeza cuando se apunta hacia el futuro.