Mientras unos le sacan provecho económico a sus cuentas virtuales, otros, como Pato Laguna, conocieron el lado más cruel de ese mundo este año.
Este año las redes sociales marcaron un antes y después en la vida de los famosos.
Varias figuras se convencieron de que las plataformas virtuales, operadas en la comodidad del celular, son una forma de ganarse la vida, adquirir fama y reputación, sin necesitar de medios tradicionales.
Bajo la chapa de instagramer e influenciadores de marcas, una larga lista gana montos jugosos. Entre ellos, el ex chico reality Pascual Fernández, ejemplo de sacarle provecho al rubro. "Tengo una plataforma grande y me conoce mucha gente, las marcas se contactan conmigo y negocio con ellas", dice.
Lo mismo para Angie Alvarado quien, sin pantalla, sigue vigente con sus actualizaciones.
Una red para potenciarse y que se ha convertido en una herramienta libre y democrática para hacer varios anuncios, como la ruptura de Mayte Rodríguez y Alexis Sánchez, o el "regreso" del periodista Andrés Caniulef a las pistas, tras estar internado en una clínica psiquiátrica.
Sin límite
En 2018 muchos rostros conocieron el lado cruel de la conexión. Mientras Yanina Halabi y Pato Laguna sufrían en la web con la viralización de un privado video de ellos. A los días apareció un registro de Nelson Mauri con un desconocido moreno. Luego, otro íntimo de Luli.
Cami Recabarren también lo padeció al denunciar a un cercano de acosarla y chantajearla por esta vía. La investigación sigue en proceso.
Yanina Halabi y Pato Laguna: Tras la filtración de su video íntimo Yanina estuvo muy complicada y se apoyó en su familia. Pato reflexiona que "fue un golpe bajo, un tema muy doloroso los primeros días, bien vergonzoso, pero tomé la decisión de seguir para adelante", admitió sobre el episodio del que aún no se saben culpables.
Máximo Menem: Máximo, hijo de Cecilia Bolocco y Carlos Menem, también hizo de la aplicación un misil comunicacional. Por ahí acusó que su hermana Zulema no lo dejaba ver a su padre. El texto atravesó las fronteras y a los días el adolescente estaba sentado con el ex Presidente en Buenos Aires.
¿Por qué fue tema?
Adriana Barrientos, una de las primeras amigas de la web
Adriana Barrientos fue de las primeras famosas en conectarse al mundo virtual (Twitter de 2009) y ha pasado por todas: halagada y criticada por sus posteos y fotos. La ex chica reality desglosa que acá los límites no existen, y ahí está el peligro de quien los usa.
"No hay censura, una escribe lo que quiera, y gana por rapidez y respuesta", es su análisis.
El psicólogo Sergio Schilling explica por qué agreden por esta vía. "Las principales cosas que permiten a una persona ser un troll son dos: anonimato, no mostrar cara ni avatar, porque no tiene nombre de nada la persona. Y sentirse desindividuado, entre más anónimo eres sientes que no eres tú, por ende, no te comportas como persona. Hay otro tema: la persona a quien ataca no le parece tal, porque no la mira a los ojos, entonces, puedo decirle cualquier cosa".