La pregunta del millón es: ¿Qué hacer en el Festival para dejar contentos a todos y, a la vez, que sea un espectáculo de primera? Desde la época de ejecutivo hasta hoy me pregunto cómo cresta podemos hacer para que el Festival termine más temprano. Unos dicen que parta a las 20 horas, otros opinan que deberían hacer la competencia internacional, la folclórica, el humorista y, al final, cerrar con un cantante. Puchas, qué ganas de tener la respuesta.
Mi humilde opinión es que el Festival sería un golazo si comenzara a las 20.00. Sería una fiesta bastante más familiar, nos saltamos el noticiero y el que lo quiera ver que se cambie de canal para informarse a las 21 horas.
Tendríamos las mismas siete horas, pero terminando a las 3.00 am., como máximo. Esa es mi apuesta, ojalá alguien del equipo organizador se le ocurra actuar sobre esto. Espero algún iluminado con la idea para poder desarrollarla y planteársela a los ejecutivos del canal.
Los próximos canales que postulen para la organización del Festival de Viña deberían tenerlo como prioridad, deben solucionar de alguna forma el tema de que no podemos esperar al último cantante que salga a las tres de la madrugada. Eso es una falta de respeto tremenda hacia el artista como también para el público.
Yo creo que, desde Álex Hernández hasta el más humilde telespectador, tienen las mismas ganas de que el festival no termine a las 5.00 am.
Con un propósito más reflexivo escribo esta columna, necesito que se genere una lluvia de ideas para solucionar el problema más grande que tiene nuestro gran evento internacional, con el que salimos al mundo, con el que sueñan muchos artistas en poder pisarlo. Estoy seguro de que se va a llegar a una buena solución y ésta debe pronunciarse en Viña 2019.