Vecinos pirulácticos chatos con "Mabulla"

"Cuando supe que le iban a arrendar una casa del sector a un artista del Festival, me espanté. Después al saber que era Maluma, lo primero que tuve que averiguar era quién era este tipo. Al saber que a mis niñas le gustaba, le dije a mi esposo que tendríamos la calle llena de fans, y así fue", relató a La Cuarta en Quinta, Francisca, cuya casa está a unas tres cuadras del palacete que ocupa el cantante de "Borró Cassette" en el pirulo Bosques de Montemar.

Para el ADN del Festival, que un artista como Juan Luis Londoño Arias se quede tantos días, crea expectación. La gallada está atenta a cualquier camioneta negra, como pasó tipo 14.00 horas de ayer, cuando una de estas se detuvo frente al restaurante Chez Gerald, en la Avenida Perú.

Fanáticas se agolparon en la puerta del local, y gritaban ante cualquier movimiento del flaco barbón.

"Estuve toda la noche esperándolo en su casa, después me fui al Sheraton y ahora acá. Lo quiero, Maluma es lo más grande", grita desesperada Paulina, que con una amiga alegaba que otra niñita "se había hecho la histérica y desmayada para que la entraran, si yo hago lo mismo tienen que dejarme pasar, es lo justo".

SALIDA CAÓTICA

La salida del músico, tras embucharse un buen plato de pescados y mariscos, fue caótica. La calma de la Avenida Perú se fue a las pailas. Niñas corriendo, gritando y llorando, golpeando el vidrio de la camioneta, y adentro Maluma con cara de entre asustado y sorprendido.

"El problema no es él, son sus fans. Llegaron el jueves en la tarde y no se han ido, y la noche del sábado lo esperaron cantando, y fue hasta tarde. Ahora la cosa se ha tranquilizado", agrega Patricia, quien también nos relata que dentro del grupo de Whatsapp de la comunidad, muchos han demostrado su disconformidad, "pero por el tema de las fans, Maluma desde su llegada ha sido muy respetuoso, y la gente de seguridad que se instaló ha pasado desapercibida".

Angélica, por su parte, además del ruido de la primera noche, reclama por el aumento de tráfico que se ha producido. "Mis niñas pasean en bicicleta porque había poco tráfico, ahora ha aumentado mucho, entre fans, curiosos y periodistas. Eso alego, más que el ruido. Recién llegaron en caravana no sé de dónde e iban rápido, con autos siguiéndolos. Eso es peligroso".

COMPARTIR NOTA