Janel Grant, la ex trabajadora de WWE que está acusando al ex monarca de la compañía de acoso y tráfico sexual, aceptó poner en pausa su proceso de demanda debido a una investigación secreta que se ha estado llevando el Departamento de Justicia y que podría ser aún más grave.
El mes de febrero se interpuso una demanda contra Vince McMahon, el ex mandamás de la WWE acusado por Janel Grant, una ex trabajadora de la empresa que lo acusa de delitos graves como acoso y tráfico sexual. Eso significó su salida inmediata de la mesa directiva de la compañía que hoy es parte de TKO y de paso, el comienzo de la era post McMahon, liderada por su yerno, Triple H.
La escabrosa investigación no pintaba nada bien para el patriarca de los McMahon y otras figuras de la compañía, como John Laurinatis e incluso el luchador Brock Lesnar.
Pero esta semana, en un vuelco inesperado, la abogada Ann Callis que representa a Grant, señaló que su equipo ha decidido detener la demanda impuesta contra Vince a petición del Fiscal de Estados Unidos.
Algo que, si bien podría parecer un buen augurio para McMahon, es todo lo contrario, ya que esta pausa se solicitó debido a que se reveló que el Departamento de Justicia se encuentra realizando una investigación privada que, al parecer, requerirá la colaboración de Grant y su equipo legal.
Esto cambia todo el panorama para McMahon, ya que, si bien el juicio civil que estaba llevando Grant buscaba compensaciones monetarias por sus abusos, el proceso federal buscaría una sanción penal contra los delitos.
La pausa a la demanda se extendería por 6 meses, un descanso para los equipos legales, pero claramente no para McMahon, quien se entera que por su comportamiento no solo podría perder su dinero, sino que también su libertad.