El anuncio del luchador de colgar su gorra y sus shorts el próximo año en un tour de 40 apariciones no solo es un gancho para la llegada de Netflix, sino que una gran oportunidad para decir adiós al tercer gran pilar que ha tenido la compañía en su historia.
Sin duda que la mayor sorpresa de la edición 2024 de Money in the Bank no fue el fallido canjeo de maletín de Drew McIntyre, la victoria de The Bloodline o el triunfo de Tiffanny Straton, sino que la aparición de John Cena para anunciar su retiro de la lucha libre tras más de 20 años de carrera.
Pero fiel a su estilo y al tamaño de su figura, este retiro no sería simplemente un anuncio en el ring o una “última pelea”, sino que con un tour de despedida que iniciará en enero de 2025, concluirá en diciembre y que contempla 40 apariciones de Cena entre los shows de la programación habitual y eventos especiales.
Por ahora sabemos que el próximo Royal Rumble, la Elimination Chamber y por supuesto, Wrestlemania 41 en Las Vegas serán las primeras grandes paradas de su despedida, la que comenzará a develarse apenas la WWE haga su llegada a Netflix, la gran apuesta para la masificación de este espectáculo.
Y es que la figura de John Cena merece, quizás más que cualquier otra superestrella activa de la WWE, este inédito tour de despedida tan masivo. ¿Por qué? En términos de trayectoria, de campeonatos y de impacto en la industria, John Cena se echó al hombro a la empresa y a una fanaticada que, si bien no siempre le tuvo simpatía, hoy se ha ganado su respeto.
John Cena debutó en la pantalla de la WWE el 27 de junio de 2002, en una ya icónica pelea contra Kurt Angle, donde acuñó la frase “Ruthless Aggression”, que sería el nombre que tendría el producto después del fin de la llamada Attitude Era. Si en un comienzo el hombre ancla de la WWE había sido Hulk Hogan y luego, el popular Stone Cold Steve Austin, para el comienzo del nuevo milenio y con el compromiso de ampliar el público haciendo una programación adecuada para una audiencia mayor (la categoría PG en la TV estadounidense) se necesitaba un nuevo rostro que cargara esa mochila. Y ese rostro fue John Cena.
De cierta manera, la progresión del ídolo de la WWE ha representado la imagen del ídolo americano: Hulk Hogan, un patriota musculoso, Stone Cold el redneck antisistema y John Cena, quien representó a la cultura urbana como el Dr. Of Thuganomics, para luego convertirse en el marine que jamás se rinde, el ícono que el país construyó después del 9/11.
Fue esta misma representación la que generó una de las reacciones más polarizadas hacia una superestrella de la compañía. Generalmente un luchador es amado cuando hace de héroe y odiado cuando hace de villano, pero Cena nunca necesitó ser villano para despertar tirria en la mitad del público.
Una pelea de John Cena tenía por igual gritos de “Let’s go Cena” y “Cena Sucks”, con legítimos argumentos por ambos lados. Quienes lo amaban, los americanos acérrimos, lo hacían por su mensaje, por su acercamiento con los niños, por luchar contra la adversidad y por su habilidad con el micrófono. Los que lo odiaban, pensaban que solo se trataba del niño mimado de Vince McMahon, que solo sabía hacer cinco movimientos y por representar el fin de la era donde DX, Stone Cold, Mankind y La Roca, brillaban.
Y muchas cosas se pueden decir de John Cena, pero jamás fue un luchador que generara indiferencia en el ring. Amado u odiado, la reacción estaba ahí, y finalmente un espectáculo como el de la lucha libre se trata de eso. Y esa constante tensión entre amor y odio, entre los niños Cena y los fanáticos hardcore definió durante más de una década a la WWE.
¿Quiénes deberían formar parte del tour de despedida de John Cena? Con 40 apariciones y al menos 3 eventos principales confirmados, podemos imaginar que más de algún rival irá a tener. Por supuesto, la despedida de John Cena tendrá que ser como su carrera misma, mezclando rivalidades clásicas como también el rol que ha tomado Cena en los últimos años, que es trabajar con talentos jóvenes.
En su momento se hablaba de la pala de John Cena, que cada vez que una estrella estaba en ascenso, Cena le ganaba y lo devolvía a la mediocridad, pero en sus últimos años, John Cena ha usado su reconocimiento para hacer crecer a luchadores como Kevin Owens, Bray Wyatt y Solo Sikoa, con quien perdió en su última aparición en un evento especial. De hecho, desde 2018 que Cena no ha ganado en Wrestlemania, evento en el cual ha sido evento principal cinco veces.
Pero también tuvo grandes rivalidades, históricamente con Randy Orton, con quien peleó más de 20 veces, también con Edge -quien ahora está en AEW, por lo que podríamos descartarlo- y también con CM Punk, probablemente la más recordada por la cantidad de repercusión que tuvo la historia de “Campeón vs. Campeón” y el pipebomb de Punk. Así que podemos esperar al menos combates contra Orton y contra Punk.
¿Y algún título? La WWE tiene varias opciones para entregar títulos a Cena y hacerlo algo especial. Por ejemplo, John Cena nunca ha ganado el campeonato Intercontinental, el que le falta para tener el Grand Slam, que significa haber sido campeón mundial, campeón Intercontinental, campeón de Estados Unidos y campeón en parejas, algo que en realidad es más para la estadística de Wikipedia que otra cosa.
Pero la decisión más controversial será saber si, dentro de este año, John Cena podrá romper el récord más codiciado de la WWE: la estrella con mayor cantidad de títulos mundiales. Hoy, esa marca está empatada entre John Cena y Ric Flair desde el año 2017, cuando Cena ganó el título frente a AJ Styles, igualando la marca. Desde allí han pasado 7 años y el empate se ha quedado ahí, como una marca tabú. Pero, considerando que Ric Flair ahora está en AEW, habría sido una movida muy de la administración anterior haberlo castigado quitándole el récord, pero ahora, cuando todo ha cambiado, es un poco más impredecible.
Son parte de las cosas que habrá que estar atento para lo que promete ser un año histórico para los fans de la lucha libre.