Cómo va la vida del puma de Lo Curro a dos días de su rescate

¡Tranquilo papá!  Así está el puma hambriento que en la mañana del miércoles pasado se metió a tomar desayuno en una casa del sector de Lo Curro, en la comuna de Vitacura.

Apenas llegó al Zoológico Nacional, el pumita con el manso diente fue llevado al hospital de grandes mamíferos del recinto, lo que sería algo así como un hotel para los animalitos de este tipo.

Ahí fue revisado por los  veterinarios, quienes le hicieron nanái y le curaron algunas yayitas, las que se habría hecho durante el  festín de cortinas que se mandó en la casona.

Sin embargo, este patudito estuvo prácticamente toda la tarde del miércoles durmiendo y sólo despertó en horas de la noche, para que los tíos del zoológico pudieran servirle el suculento bistecito que se zampó.

Famoso

Y como ya es parte de la farándula criolla, ahora se encuentra de lo más divo en una de las habitaciones 5 estrellas del zoológico, con su camita de paja, un patio privado y compartiendo anécdotas con su vecino, un zorrito culpeo.

Pero como todo famosillo también tiene sus mañas, ya que ahora anda todo tímido y come poco.

"El miércoles cuando llegó, comió un trozo de carne, pero aún no muestra interés por la comida ni el agua", contó Alejandra Montalba, directora del Zoológico Nacional.

Además, indicó que el puma se ha comportado de lo más educadito que hay: "no se ha mostrado agresivo, aunque lo tenemos lo más alejado de las personas, para no estresarlo".

El SAG decide

Por el momento, el "león" chileno seguirá de vacaciones en su cómoda suite, pero esto podría cambiar, ya que los papitos del SAG son los que deciden.

"Nosotros, a pedido del SAG, sólo nos encargamos de cuidarlo, pero ellos tienen que decidir qué harán con él", precisó Montalba.

Por su parte, una encargada del SAG, María Gracia Halabi, dijo que "el puma se encuentra en muy buenas condiciones" y que aún están analizando la posibilidad de que el felino sea revisado por un etólogo.

Este capo será quien evalúe la conducta del felino. Asimismo, decidirá si se trata de un animal silvestre o de un "gatito de chalet", lo que determinará si debe ser liberado en un hábitat natural o podrá quedarse de por vida gozando de los cariñitos del personal del zoológico.

En el último caso, la directora del zoo aseguró que por problemas de espacio es dificilón que se quede con ellos, por lo que podría dárselas de turista en otro zoológico del país. Por eso, ni nombre le han puesto al pobrecito.

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