A lo largo de mi extensa carrera me he encontrado con una gran variedad de perfiles entre los amos de los perros que me ha tocado adiestrar, rehabilitar o intervenir.
Desde las personas más calmadas a las más inquietas, desde los más colaboradores a los flojos rematados, y desde los más preocupados a los que derechamente estarían mejor con un perro de yeso.
También están aquellos que tienen a su perro como hijo único y fomentan el tan manoseado hóper apego, hasta aquellos que se acuerdan que tienen un perro en la casa cuando tienen que llamar para que tapen los hoyos, cambien los riegos automáticos o los muebles de su hermosa terraza.
Pero siendo justo, también existen aquellos que se preocupan de su perro en forma integral y se muestran muy colaboradores y aplicados al momento de desarrollar el trabajo encomendado por el profesional que contratan para que les ayude a resolver y entender a sus compañeros caninos.
Sobre la base a mi experiencia, déjame mostrarte mi visión sobre su tipología:
Uno a uno
1
El amo fantasma
Es aquel que se hace de un perro, comprado o adoptado, para que los niños tengan un lindo juguete y se entretengan mientras es cachorro. Luego, cuando crece y por la insatisfacción de sus necesidades de perro le empieza a dar problemas, contrata a un "adiestrador" para que le resuelva el caso, pero ellos no se aparecen en ninguna sesión y no tienen la menor idea de cómo manejar a su ejemplar.
2
El amo trapecista
Es el que intenta darle equilibrio a su vida emocional haciéndose acompañar en su "soledad" por un perrito; es decir, suple sus necesidades de afecto y las vuelca en su mascota, pero no advierte que dejarlo solo durante toda su jornada laboral puede generarle innumerables problemas no solo a él, sino también a su perro.
3
El amo Fórmula 1
Es aquel al que sólo le interesa obtener resultados ultra rápidos, casi mágicos, influenciado por los programas que ve en televisión, como, por ejemplo, "El encantador de perros", donde César Millán en 30 minutos le cambia la vida. Este tipo de amo no comprende que cada caso es diferente y se trabaja de forma distinta, y que los que trabajamos en esta área no tenemos una máquina del tiempo.
4
El amo gelatina
El aquel que anda todo el día acelerado, igual que Aberlardo, el muñeco de Plaza Sésamo, y que quiere que el perro se siente rápido, se eche rápido, le traiga la bata, los cigarros y el control remoto, y trasunta su nnerviosismo no solamente al perro, sino a todo su entorno. Es de aquellos que al atenderlo siempre quisiéramos tomarnos un ravotril antes de entrar a su casa.
5
El amo troglodita-egocéntrico
Es aquel que dice que maneja todas las técnicas de adiestramiento y conducta, que desde chico ha tenido perros y que los conoce al revés y al derecho, pero al momento de preguntarle cuáles son los métodos que maneja nos muestra un papel de diario enrollado, un palo de escoba o un collar con puntas, aparte de otros instrumentos de tortura.
6
El amo responsable
Es aquel que participa activamente en el proceso de adiestramiento y modificación conductual, siguiendo al pie de la letra todas las indicaciones. Muestra interés y se informa antes de decidirse por uno u otro profesional. El factor de diferencias de dinero no es importantes para él, sino tener la certeza de que su perro está en las manos correctas.