El cambio a la Ley de Caza fue a la chilena: rápido y mal hecho

La esperanza de miles de animalistas en Chile, en el sentido de que la publicación del cambio a la Ley de Caza que permitiría asesinar a los denominados perros asilvestrados sea nada más que producto de un error administrativo, manifestó el veterinario y principal promotor de la esterilización de mascotas en el país, Pablo Reyes Cantero.

El profesional sacó rápidamente la voz luego que se confirmara que la nueva reglamentación fue publicada en el Diario Oficial el pasado 31 de enero, y de inmediato planetó que "lo más preocupante es que esto es totalmente antagónico con el lo anunciado hace pocas semanas, cuando estábamos todos felices pensando que al fin el Estado cambiaba de rumbo. Nos equivocamos. Espero que esto no sea más que un error administrativo".

Respecto de sus cuestionamientos a la iniciativa, precisó, en primer lugar, que "el artículo define como perro susceptible de ser cazado a cualquiera que esté a más de 400 metros de una propiedad habitada, lo cual se prestará sin duda para cometer abusos y arbitrariedades conocidas por todos. Un ejemplo son los municipios que retiran perros y los van a botar al campo, y que ahora además podrán matarlos a balazos".

Usos y abusos

Por si fuera poco, la modificación a la Ley de Caza llevará a que, por ejemplo, "perros perdidos o abandonados puedan ser víctimas y eliminados, pues la definición de "asilvestrado" queda en manos del cazador y ya sabemos que esto se convertirá en una seguidilla de crímenes en contra de ellos. En pocas palabras, estamos seguros que se cometerán usos y abusos extremos".

El médico veterinario llamó la atención al hecho de que no existe ningún país desarrollado en que se apruebe la matanza de perros y permitir que sean eliminados a balazos es retroceder 200 años.

En ese mismo sentido, acusó una falta de coherencia por parte de las autoridades, que por una parte fomentan la esterilización y la tenencia responsable de mascotas, mientras que por la otra autorizan le eliminación de los canes.

"Por otro lado, cualquier conflicto entre vecinos por algún tema de perros puede terminar en una catástrofe mayor", advierte Reyes Cantero, y añade que "el reglamento además rebaja los requisitos para portar armas u obtener carné de cazador, con lo que se está fomentando una conducta violenta, retrógrada y peligrosa".

Pero incluso más complicado que ello resulta saber cómo lo hará el cazador para distinguir a un animal asilvestrado de un perro doméstico si está a gran distancia.

"¿Cómo podría alguien, a decenas de metros, reconocer si se trata de un zorro protegido, de un perro o de otro tipo de animal en peligro de extinciónx?x", se pregunta el profesional.

Muerte a balazos

El veterinario explica que eliminar a un animal con una escopeta o un rifle le produce habitualmente una muerte lenta y dolorosa, porque los balines perforan los órganos en cientos de partes.

Admite que el problema con los ataques de jaurías al ganado o la fauna silvestre es un asunto innegable y algo que nadie quiere, "pero el tema es que somos nosotros los culpables de que estos animales estén allí, porque no esterilizamos o porque no hay ley de tenencia responsable, etc. No podemos culpar a los perros".

Pablo Reyes relata que existen "experiencias exitosas de perros pastores en la Región de Coquimbo, por ejemplo, donde se ha controlado el tema de ataques con perros ovejeros especiales que se crían con los corderos. ¿Por qué no invertir en esas experiencias y traer ovejeros europeos, que cuidan los ganados de zorros y otros depredadoresx?x".

"La eliminación es el camino a la chilena, rápido y mal hecho", concluye el especialista.

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