Investigadores estudiaron 190 videos sobre comportamientos entre humanos y canes, los resultados causan impresión entre los dueños de mascotas.
Entregarle cariño emocional y físico a nuestras mascotas es algo muy importante dentro de los doglovers. Entre caricias, besos, abrazos o jugar con nuestros peludos, son una de las acciones que como humanos hacemos para que nuestros perros se sientan felices, cómodos y amados.
Pero una de estas prácticas que muchos tenemos normalizados, estaría causando cierto nivel de estrés en los perros: abrazarlos.
Es por esto, que investigadores de Cork Pet Behavior Center en Irlanda, descubrieron que nuestra necesidad de abrazar, acariciar o jugar con un perro puede llevarlos a sentirse estresados o asustados, ya que no todos los caninos disfrutan de estas interacciones.
Para llevar a cabo este estudio, los investigadores analizaron 190 videos de internet sobre humanos interactuando con perros.
En cada uno de los vídeos analizados se compararon los comportamientos como jugar, acariciar y abrazar, con la forma en que reaccionaron los perros, por ejemplo, ladrando, mordiendo, lamiendo o moviendo la cola.
Reacción de perros ante los abrazos
Los resultados revelaron que los humanos no suelen comprender el lenguaje corporal de un perro, o bien el significado de sus sonidos durante estas interacciones cariñosas.
En muchos de los vídeos que mostraban a humanos ‘jugando’ con perros, pero el comportamiento de ellos mostraban señales de que estaban incómodos o estresados.
De hecho, solo un perro de los vídeos analizados hizo una reverencia de juego, que es una forma común que tienen los caninos de invitar a otros perros, animales o humanos a jugar.
Aunque abrazar es un comportamiento humano típico, a los perros a menudo les resulta difícil entenderlo, y suelen responder con comportamientos que los hacen sentirse calmados, como voltearse para crear un espacio entre ellos y quien los abraza.
“Nuestros hallazgos resaltan la importancia de comprender cómo nuestro comportamiento puede afectar a los perros y cómo los perros nos comunican sus estados emocionales”; mencionaron los investigadores.
“Un ejemplo de esto son los abrazos, que a los perros a menudo les resulta difícil leer o entender. Alentamos a las personas a buscar señales reveladoras de que un perro puede sentirse infeliz o incómodo, incluso durante lo que percibimos como juego”.
Luchar por interpretar el comportamiento de nuestros peludos puede tener consecuencias desastrosas, ya que en situaciones extremas, un perro muy estresado podría recurrir a comportamientos defensivos como morder, lo que puede provocar lesiones en los humanos.