La llegada de una mascota al hogar es un gran acontecimiento, sobre todo para los niños. Y es que tener una genera un fuerte vínculo que aporta en el desarrollo de los más pequeños.
Si bien este lazo es importante, hay que tomar algunas precauciones al momento de relacionarse con ellos
Las mordeduras de animales es uno de los accidentes más frecuentes. Incluso más de lo que se cree. Se estima que sólo en la Región Metropolitana cerca de seis mil personas son mordidas cada año por un animal. Aunque la verdadera incidencia es desconocida, ya que no todos los pacientes consultan en un servicio de emergencia.
Y no se trata solamente de ataques de perros vagos. Lo más común es que la víctima sea el dueño de la mascota. En Santiago existe una población de alrededor de 900 mil caninos. Es decir, un índice de tenencia de un perro por cada cinco personas.
A ellos se suman otros animales como gatos, hámsters, hurones y hasta serpientes, que hoy también forman parte del abanico de animales caseros.
Los más afectados por la mordedura de una mascota son los niños de entre 5 y 9 años, debido a su menor tamaño corporal. Mayor frecuencia de conductas que pueden motivar ataques por parte del animal y la relativa dificultad para escapar si son atacados.
En el caso de la mordedura de un perro, uno de los riesgos más importantes es la transmisión de la rabia. Enfermedad aguda infecciosa que transmiten los animales que están contagiados, y que es altamente mortal.
"Si un perro muerde a alguien y no se tiene la certeza de si las vacunas de éste están al día, es importante acercarse a un centro de salud para que un médico evalúe la necesidad de realizar el tratamiento preventivo contra la rabia después de la exposición", sostiene la Directora de Central Médica y Desarrollo Clínico de Help, Dra. Katherin Falck.
"Lo primero que se debe hacer es lavar la zona afectada con abundante agua e idealmente jabón, luego proceder a comprimir con un paño limpio en caso que exista sangramiento activo", indica la doctora Falck.
Asimismo, enfatiza, la lesión siempre debe ser evaluada por un médico. Él determinará las conductas a seguir según las características de la lesión y del contexto del accidente.
CONSEJOS
- Lavar la herida. Ponerla directamente bajo el chorro de agua, por lo menos 10 minutos. Es preferible que sea fría, pues además de limpiar podría ayudar a calmar el dolor.
- Una vez que se haya lavado con agua se puede agregar jabón (de preferencia neutro) para continuar con la limpieza de la zona herida.
- Si hay sangramiento, se debe hacer presión sobre ella para detener el flujo.
- Una vez limpia, se debe cubrir la herida con una gasa o trapo limpio que no deje pelusas.
- Acudir a un centro asistencial para que la lesión sea evaluada por un médico. Quien en función de las características de la herida, antecedentes de las inmunizaciones del animal y posibilidad de observación de éste, definirá la necesidad de vacunación anti rábica.