Investigadores revelan el negativo efecto que tendría sobre las mascotas considerarlas como hijos

Investigadores revelan el negativo efecto que tendría sobre las mascotas considerarlas como hijos.

Humanizar a las mascotas puede ser el resultado del gran afecto que se le tienen, pero este comportamiento podría perjudicar a tu peludo.

Todo dueño de mascota, especialmente si vive solo, ya tiene normalizado la antropomorfización con sus peludos, conducta que hace que los humanos asignemos actitudes, sentimientos y características a criaturas no humanas.

O bien, humanizar a nuestras mascotas es una tendencia que ha aumentado los últimos años, especialmente en este siglo en el que las mascotas se anteponen por sobre todas las situaciones de nuestra vida.

Y si bien esta conducta puede significar la tranquilidad y la confianza que se genera entre el dueño y la mascota, a la larga este comportamiento puede generar repercusiones hacia nuestros peludos.

En la misma línea, un estudio realizado por National Center for Biotechnology Information, menciona que la antropomorfización en nuestras mascotas puede traer consecuencias emocionales y físicas en nuestras mascotas ya que pueden afectar el bienestar y la fisiología de estos.

“Existen ciertos procedimientos que pueden desencadenar una deshidratación, una dolencia que puede llevar a complicaciones como hipertensión, golpe de calor o inclusive la muerte, dependiendo del grado y regularidad de la exposición a estas situaciones estresantes para un animal”; destaca la veterinaria e investigadora del estudio, Karina Lezama.

Y si bien este comportamiento de humanizar a nuestras mascotas es una respuesta esencial de la biología del ser humano, estas conductas generalmente tienden a solo satisfacer la demanda humana para crear un vínculo por sobre la de los animales.

Investigadores revelan el negativo efecto que tendría sobre las mascotas considerarlas como hijos.

“Esta tendencia de atribuir características humanas a las mascotas se intensificó en el siglo XX, cuando las personas empezaron a establecer relaciones cercanas con animales que presentan una mayor semejanza física con los seres humanos, incluyendo mascotas y otros que exhiben una analogía externa con los humanos”.

Es más, según la investigación, los animales que muestran comportamientos y características humanas, generalmente se han enfrentado al antropomorfismo por parte de sus dueños.

“En un contexto optimista, los propietarios realizan inversiones para mantener a sus acompañantes no humanos en buen estado de salud y con vida. No obstante, la humanización ha impulsado una gran cantidad de productos que no siempre satisfacen las exigencias biológicas de los animales. El bienestar del animal puede verse amenazado cuando las acciones humanas no son compatibles con las necesidades de la criatura”; asegura Karina Lezama.

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