A cuatro horas de viaje en vehículo desde Punta Arenas se encuentra un lugar que se dedica a conservar la única colonia reproductiva de esta ave en América del Sur.
En el extremo sur del mundo, en donde literalmente el diablo perdió el poncho, se encuentra la Reserva Natural Pingüino Rey.
Se trata de un lugar apartado de la civilización que se encuentra en el kilómetro 14,5 de la pedragosa ruta Y-85, en plena Tierra del Fuego. El punto más austral de Chile. Sin duda, el fin del mundo.
Claro que no es fácil llegar hasta ese lugar protegido para su conservación, pues está ubicado en un sector llamado Bahía Inútil, una zona a la que solo se accede desde Punta Arenas tras un viaje de cuatro horas en automóvil, incluyendo un paso por el ferry en la Primera Angostura del Estrecho de Magallanes.
Se trata de un traslado como ningún otro en el país y el cual solo se puede concretar previa reserva.
Una reserva para proteger al pingüino rey
La gran área de conservación privada, que comprende decenas de hectáreas para resguardar a la flora y fauna, está inevitablemente marcada por la protección del pingüino rey (Aptenodytes patagonicus), el segundo pingüino más grande del mundo, solo superado por el pingüino emperador (Aptenodytes forsteri), y que desde el año 2010 comenzó a instalarse en esta zona de la Tierra del Fuego.
La Fundadora de la Reserva, Cecilia Durán, en el sitio oficial explica que en aquella época comenzaron a observar la presencia del Pingüino, lo que atrajo la curiosidad de personas que motivó a la protección del sector. “La familia de mi marido se ha dedicado a la ganadería desde la década del ‘60, desarrollando esta actividad de forma habitual en Tierra del Fuego”, explicó.
“Cuando empezamos a observar la presencia del Pingüino Rey, se atrajo la presencia y curiosidad de terceras personas. Estas personas provocaron nuestra primera reacción, lo que se transformó con el tiempo en un proyecto para proteger a los pingüinos”, puntualizó Durán. “La presencia de terceras personas era manifiestamente dañina para la especie con conductas totalmente inapropiadas”, agregó la fundadora de la Reserva.
De ahí que se concretó la creación de la Reserva Natural, la cual permite generar un espacio de investigación sobre las conductas de los pingüinos rey, la educación sobre ellos y también el ecoturismo, ya que existen zonas delimitadas para el tránsito.
Esto posibilitó la creación de un sendero para visitantes, el que se encuentra situado a una distancia apropiada para proteger a las aves y el resto de fauna que habita en el lugar. Además, los visitantes deben resguardar la intensidad de sus conversaciones, ya que no se puede elevar la voz debido a los cuidados que debe existir con la fauna.
Obviamente en toda esta tarea existen varios desafíos, incluyendo obviamente las discusiones medioambientales debido a la actividad ganadera que puede traspasar los límites del parque y causar disturbios. Pero sin duda la más importante es que la presencia humana desequilibró el balance en Tierra del Fuego y lo hizo de formas hasta ahora permanentes.
Aunque existe una fauna nativa que incluye a guanacos, zorros culpeos y colorados, además de roedores y nutrias, los cuidadores del parque deben mantener especial cuidado con especies introducidas por el hombre, como es el caso del zorro gris.
Con aquella especie buscaron controlar a los conejos europeos, pero se terminó poniendo en riesgo a la fauna local, incluyendo a los pingüinos rey que cuentan con un lento desplazamiento en la tierra.
Pero la protección es vital y por ello los cuidadores llevan a cabo rondas nocturnas durante sus labores, pues la reserva cuenta con la única colonia reproductiva de pingüinos rey en América del Sur, la que ha logrado asentarse y multiplicar sus números con el correr de los años.
Asimismo, también es importante porque los propios hallazgos arqueológicos encontrados en la zona indican que los primeros nativos de la Tierra del Fuego tenían un vínculo con estas aves e inclusive fueron halladas piezas ceremoniales relacionadas a los pingüinos rey. Es decir, no se trata de una especie que solo haya llegado a partir de 2010. Siempre estuvo aquí y deberá protegerse para que siempre lo esté.
Todas las fotografías de esta nota fueron capturadas con un Magic6 Pro, el nuevo teléfono de gama alta de Honor.