Con una emotiva carta se despidió el actor Tom Hardy de su perrito Woody. El can, de nombre Woodstock, padecía de polimiositis, una enfermedad en la que los músculos se inflaman hasta dañar los huesos.
El intérprete del villano de Batman partió contando cómo encontró a su regalón.
"La primera que vez vi a Woodstock estaba corriendo cerca de un peaje en la madrugada de una noche oscura en Peachtree, Georgia, Atlanta (...) Era un perro callejero. Tendría once semanas. Rápidamente fuimos a por él (...) Huyó de mí. Intenté ganarle terreno, pero era muy rápido. Lo observé correr a través de la carretera en la oscuridad de forma muy veloz, esquivando coches y camiones, y recuerdo ver lo que eran unas orejas caídas moviéndose entre el tráfico", comenzó.
"No pude deducir cómo de grande era o su raza. Nada. Sólo esas dos orejas agitándose frenéticas, alejándose a toda velocidad de nosotros (...) Empecé a preocuparme, porque no tenía un nombre para gritarle (...) Metí los dedos en la boca y silbé tan fuerte como pude. El silbido penetró en la oscuridad y paró al perro en seco. Se giró y posó sus ojos sobre mí fijamente, y en un rápido movimiento el perro decidió correr directo hacia mí en la oscuridad en la que se veían los destellos de dientes mientras gruñía.
'A la mierda -pensé-, esto no es un perro. ¿Qué estoy haciendo?'. Corrió directamente hacia mí y me golpeó en las piernas. No podía ver, pero podía oír su angustia y me agaché pensando que me iba a morder. Esperaba sentir sus dientes mientras con la mano cogí un montón de piel de su cuello para levantar lo que en realidad era un peso increíblemente ligero. Lo subí frente a mi cara y lo iluminé con mi teléfono. Era un muy pequeño, literalmente, y sus dos grandes ojos marrones miraron directamente a los míos. Estaba aterrorizado, pero completamente tranquilo.
Cuando volví al coche y me senté en mi asiento, se acostó sobre mi hombro y se quedó dormido. Y resopló. Claramente había pasado por muchas cosas, pero parecía estar listo para relajarse (...) Lo llevamos directamente a una tienda de mascotas para limpiarlo y comprarle cosas buenas ..., un montón de cosas que necesitan los perros. Y caminamos por los pasillos, mientras le dejamos elegir todos los juguetes que quería".
LA DESPEDIDA
Al finalizar la carta, Hardy se despidió de su compañero: "Gracias Woody, por elegir encontrarnos. Te querremos y estaremos contigo y tú con nosotros para siempre. Nunca, nunca jamás te olvidaremos. Tu chico Tom. Te quiero por encima de todo. Hasta la luna y de regreso, y otra, y otra vez, hasta el infinito y más allá. Corre ahora con Max y los ángeles. Te veré cuando llegue allí. Te quiero con todo mi ser. Gracias por tu amor".