De tamaño pequeño. Cola corta. Chorizo. Dócil. Se las da de guardia. Le quita la pega a los gatos a la hora de cazar. Fiel. Quilterri. Washington...
En fin, si no cachó con tanto dato, le contamos que le hablamos del Terrier chileno, perrito representado muy bien en las caricaturas de Condorito y que nos llena de orgullo está a nada de ser reconocido como can de raza por la Fédération Cynologique Internationale, organismo que ladra en 86 países.
Sin embargo, acusan en el Club Nacional del Terrier Chileno (creado en 2007) que 10 años de esfuerzo se podrían ir a la cresta. Paradójicamente por la "culpa" de otro quiltro noble. La Ley de tenencia responsable de animales, más conocida como ley "Cholito", la que está a punto de ver la luz y que se inspiró en el perrito que recibió una paliza de parte de una mujer en un local comercial de Patronato.
César Maerten, el capo del Club Terrier Chileno, advierte que podría frustrar las expectativas de reconocimiento oficial de esta raza, justo en la última fase que se anuncia para este fin de año.
Ley buena, pero...
Si bien Maerten reconoce que esta ley "es un gran avance para cualquiera que sea amante de los animales, porque se hace cargo de establecer los derechos y deberes de quienes tienen animales de compañía", sostiene que "parece que por la urgencia con que se tramitó no se evalúo bien un artículo, el 25, que obliga a entregar los cachorros esterilizados".
Entrando al detalle, el hecho de que los canes se deban entregar a las familias cerca de los dos meses de edad, supone para Maerten "que nuestros Terriers Chilenos no podrían reproducirse a una tasa adecuada, con lo que se arriesga su población y, por supuesto, el alcanzar el número de ejemplares que se exige para ser reconocidos oficialmente como raza".
Más riesgos
Paola Mujica, doctora veterinaria de la Universidad de Chile, se muestra preocupada, porque "se perdería una población canina propia de nuestro país, la cual sería imposible de recuperar mediante la importación de otros perros".
De paso, argumenta que "dado que en la ley se plantea una excepción respecto a la venta de cachorros entre criadores, creo necesario definir con mucha precisión el concepto de 'criador' y aumentar los esfuerzos en los registros y fiscalización de estos, pues ellos tendrán la labor de preservar las razas".
Defendiendo la ley
Una mirada completamete distinta tiene Patricia Cocas, presidenta de Proanimal Chile, quien apunta a un lobby "perverso" de criaderos que quiseron dar a entender que se pedía una esterilización temprana, "lo que no es así".
"La ley no establece ninguna edad. Plantearon que desparecerían las razas con esto, lo que tampoco es cierto. La ley apunta a acabar con el comercio informal. Hemos incautado una gran cantidad de criadores clandestinos, es terrible. De paso, también se busca regular y fiscalizar a los criaderos establecidos. Ellos no están tan de acuerdo, porque no quieren ser fiscalizados", cuenta Cocas.
La hipótesis de ella es que se niegan a asentir a esa parte de la norma, porque "les va a tocar el costo de la esterilización de los animales, algo que sí obliga la ley para acabar así con el comercio informal. Aquí no se acaban las razas, lo que se hace es que se termina con esta venta descontrolada de animales en cualquier parte, plazas, ferias, internet...".
En cuanto a la "urgencia" con que se tramitó, según el comentario de Maerten, la especialista afirma que "es desconocer el proyecto, pues demoró ocho años el trámite". Los animales tampoco deben entregarse a los dos meses. No deben entregarse ante de los dos meses, porque muchos criaderos entregan a los 45 días.