Llevan al regalón por siempre en un diamante

Dicen que los diamantes son los mejores amigos de las mujeres, y en el caso de Natalie Pilon nada puede ser más cierto.

Hasta el año pasado el mejor amigo de la mujer era su gatita Meowy, y ella quedó inconsolable cuando la minina falleció, pero pronto se le ocurrió una idea para que la cuchita estuviera por siempre con ella: cremó sus restos y transformó sus cenizas en dos diamantes que ahora luce en sus dedos.

"Es un poco excéntrico, no algo que vaya a hacer todo el mundo, pero para mí es una manera de recordar a mi gata y que ella esté conmigo todo el tiempo", explicó esta ejecutiva de ventas de una empresa gringa de biotecnología asentada en Boston.

Hace una década que partió la idea de transformar las cenizas de los humanos muertos en diamantes artificiales que pudieran llevar sus familiares, y poco después esta moda se extendió a las mascotas.

"Meowy era una especie de pequeña diva, así que pensé dos diamantes azules sería un merecido homenaje", recordó Natalie.

Los precios de las joyitas dependen de diversos factores, como el color y el tamaño, y van desde los 250 dólares a los 1.500 billetes verdes.

La producción de un diamante de un quilate requiere menos de una taza de ceniza, aunque veces las empresas que los elaboran deben añadir carbono si no hay suficiente.

La fabricación de un diamante se acelera lo que sucede en el interior de la tierra de forma natural con la elevada presión y las altas temperaturas. Después algunos días, surge un diamante en bruto que puede ser cortado y pulido.

Y recuerde lo que dijo Marilyn Monroe:

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