Convivir con visitas indeseadas siempre resulta un verdadero cacho. Pero si más encima llegan pa' instalarse, meten bulla por las noches, hacen sus necesidades en el techo de la casa y... hablamos de murciélagos, ¡pucha que es jodido!
Es la triste realidad con la que los vecinos de la población Eduardo Frei de Quillón, en la Región del Biobío, se enfrentan desde hace casi 10 años. ¡Caleta, poh!
Para María Díaz, presidenta de la junta de vecinos del popular sector, la plaga del catete bicharraco es un tema sin solución. Los tiene chatos.
"Desde el 2005 que comenzaron a llegar, cuando derrumbaron un antiguo colegio que estaba al lado de nuestra población. Ahí los animalitos se pasaron para nuestro barrio, se metieron en los entretechos y se tomaron las casas", contó la guaripola vecinal.
"Cada vez la situación es peor. Aparte de los malos olores hay que soportar los ruidos en la noche. Como a eso de las cinco de la mañana nos comienzan a despertar", agregó, choreada.
Daño a la salud
Cachando que el Servicio Agrícola y Ganadero (SAG) prohíbe la caza y captura de este mamífero -considerado beneficioso para el sector silvoagropecuario- a los pobladores nos les quedó otra que bajar el moño, patalear piolita y resignarse.
Eso, hasta que el diputado Jorge Sabag le planteó el drama de los vecinos al subsecretario del Ministerio de Vivienda (Minvu), Jaime Romero, en una reunión que tuvo como principal objetivo pedir medidas de salubridad que pongan coto, de una buena vez, a la plaga del ratón con alas.
"Se trata de verdaderas colonias de murciélagos que están afectando a diversos conjuntos habitacionales construidos por el Ministerio de la Vivienda (Minvu), que se asientan en el entretecho de los hogares y que causan un gran daño a la salud de las personas", aseguró el diputado.
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Pesadilla
Según planteó Sabag, la situación que viven los vecinos de la población Eduardo Frei de Quillón es "una pesadilla, al tener que convivir con mamíferos que pueden transmitir enfermedades", motivo por el cual también tiró un palo a la ministra de Salud, Helia Molina, a quien exigió una solución epidemiológica.
"Sabemos que dichas colonias están protegidas y no se pueden exterminar, pero también sabemos que en esos hogares viven familias, los cuales producto de estos mamíferos, alteran su calidad de vida, por eso pedimos dar una solución real al problema que están viviendo", reclamó.
Desde el Minvu aclararon que el problema requiere de una solución multisectorial.
Lo bacán, es que el Serviu igual les dará una manito a los vecinos de Quillón, ofreciendo asesoría técnica en la postulación a proyectos del Programa de Protección al Patrimonio Familiar, en su modalidad de acondicionamiento térmico. Esto permitiría, por ejemplo, enchular el cielo y techumbres de las casitas.
Lo que dice la ley
Según información proporcionada por el Servicio Agrícola y Ganadero (SAG), de las casi 150 especies descritas para Chile, un tercio son mamíferos marinos (ballenas, cachalotes, orcas, delfines, lobos marinos, focas y nutrias), por lo que su caza y captura se encuentra regulada por la Ley General de Pesca y Acuicultura.
Para el resto de las especies se aplican las normas de la Ley de Caza y de su Reglamento.
Un número importante de especies son consideradas como beneficiosas para el sector silvoagropecuario, tales como carnívoros y murciélagos debido al control de plagas que ejercen (por ejemplo de conejos, roedores e insectos).
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