La cachorrita llegó a este mundo cruel el pasado 7 de diciembre, en pulentas condiciones de salud: pesó 900 gramos, midió lo mismo que un gato adulto y su fiera madre la aguachó al toque pa' evitar el paparazzeo de los sapos que saltaban por los charcos de la pura curiosidad y la jirafa, que estiraba el cogote desde su jaula pa' mirar.
"La Rebeca es hija de Iván y Carmen, dos leones blancos traídos de Sudáfrica directamente al Parque. Estuvimos cuatro años trabajando para conseguirlo", confesó el dueño del Safari, Iván Sánchez, a La Cuarta.
La pequeña fiera no llegó solita a esta tierra. Dos días después nació su hermano Jaime (hijo de Iván pero de distinta madre), con quien comparte aventuras al interior del zoológico y pelea para tomar primero la leche materna.
De acuerdo al personal que trabaja en el lugar, la leona es relajadita, se deja querer por la gente y no le hace asco a los flashes, mientras que el macho es más agresivo y malas pulgas.
Eso sí, según cuenta el dueño, lo más importante es que "la Rebeca y el Jaime tuvieron una impronta natural, se amamantan de ambas leonas y lo mejor de todo es que aprovecharon todo el calostro y tendrán buenas defensas".
color
RAREZA
Que nazca un león blanco en Chile es más raro que encontrar a un tigre vegano, porque, de partida, esta especie no es endémica.
Además, esta condición es poco común. "Que los ejemplares sean de color blanco se debe a una variación genética llamada leucismo. Esta es poco frecuente en los leones", soltó Diego Peñaloza, veterinario que asistió el parto.
En tanto, para el "Lindorfo" Jiménez el nacimiento de estos mininos en la naturaleza son escasos. "Los leones blancos son, al igual que los tigres, poco comunes, porque se ven más en la hierba y tienen menos éxito a la hora de cazar. No tienen tantas posibilidades de mimetizarse. Por lo tanto, son menos frecuentes", aseguró.
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