Ni bañándose en perfume francés una familia de Laja va a poder quitarse el olor a guácala que les dejó de recuerdo un zorrillo, que al parecer andaba en búsqueda de un clan que lo adoptara como mascota regalona.
El fragante episodio, protagonizado por un primo de Pepe Le Puff, ocurrió en la calle Las Viñas de la población Waldemar Schutz de la famosa ciudad del salto.
"Recibimos un llamado a las 11 de la noche, la telefonista señaló que se trataba de un zorrillo al interior de una casa, pero decidimos esperar un segundo llamado para corroborar la información y así mandar una unidad al lugar", contó el capitán de bomberos Carlos Díaz, de la 1ª compañía de la ciudad.
Como a esa hora la gente decente duerme, no había ningún veterinario disponible, y ni los carabineros, que son expertos en zorrillos y guanacos, sabían qué hacer. Al llegar al domicilio, y aún incrédulos, los chicos buenos cacharon que no era una pitanza, ya que al bajarse del carro se fueron "de Laja" por el fuerte aroma.
"La familia, con los niños incluidos, estaba con arcadas y vómitos. Tuvimos que trabajar durante 45 minutos, ya que el animal se encontraba entre dos casas. Finalmente, lo atrapamos, lo metimos dentro de una caja y lo llevamos rápidamente al campo lejos de las personas", agregó Díaz.
Antisociales
Para el veterinario experto en fauna salvaje y dire del Buin Zoo, Ignacio Idalsoaga, es poco común ver a las mofetas o chingues cerca de los humanos, ya que tienen una personalidad antisocial quitada de bulla, por lo que prefieren la soledad de los cerros en la tarde-noche.
"Estos animales son poco estudiados, y acá en Chile se sabe poco sobre ellos. Son omnívoros, por lo que su dieta incluye vegetales, conejos y ratones. Son un excelente controlador de plagas. Está presente en casi todo Sudamérica y acá están desde Valparaíso a la región de la Araucanía. Su característico olor proviene de una glándula anal, la cual se activa al verse amenazado", explicó con manzanitas el capo.
Quizás por eso, y al verse desorientado, es que el animalillo soltó varios chorros de gas desde su popín.
"Durante el operativo usamos equipo de respiración para proceder. El olor era muy fuerte y todavía está impregnado en nuestra ropa. Imaginamos que la familia afectada tuvo que botar su ropa porque es muy pasoso", contó aún con asco el bombero Díaz.