Perro "Comando" tiene más aguante que Rambo

El terremoto del Norte Chico sigue sorprendiéndonos con historias que ni el mejor guión de una película podría haber creado. Una de ellas es la que protagonizó un cachupín que cumpliendo con esa lealtad innata que tienen los coludos, aguantó al pie del cañón el terremoto y posterior tsunami en Coquimbo en la casa de sus amos, sin dejar de cuidarla pese a la llegada del agua.

El héroe no podía llevar otro nombre que no fuera “Comando”, que tal como los pelaos de la boina negra, no le temió a nada y de manera increíble soportó estoico el tsunami, cumpliendo su misión de resguardar el palacete de sus amos que resultó con serios daños.

Los dueños del perrito, de raza desconocida, no se explican cómo sobrevivió a las olas, escombros y hasta autos que pasaron por sus narices, en la casa ubicada en el pasaje Lo Barrios del sector Baquedano, el más afectado por el agua.

"El Comando es de mi suegra Pabla Palta, de 95 años, que vive en la esquina del pasaje, desde hace siete años más menos, pero toda la vida él ha estado en la casa. Ahí tiene su frazada y su comida", cuenta la señora Ester Barrios que habita junto a su marido Óscar Palta y su nieto Yovani, de 20 años.

La gesta

Según relata doña Ester, la fatídica tarde, tras el terremoto, no le cupo duda que se venía un tsunami, onda que “incluso siempre he tenido todos los muebles amarrados”.

Luego, cuenta que en un lapsus de no más de 20 minutos, y tras esperar que su nieto regresara a la casa, abandonó el hogar, al sentir un ruido ensordecedor mientras entraba agua por ambos costados del pasaje, y sin tener señales del perrito.

"Fue terrible, el agua comenzaba a llevarse a mi nieto, no sé de dónde saqué fuerzas, pero lo tomé y logramos salir del sector para llegar hasta la calle Gabriela Mistral y Juan Antonio Ríos, poniéndonos a salvo", cuenta la abuela.

"Mientras Comando se nos desaparecía, Puntito, el otro perro, que le decíamos así por lo chiquito, fue arrastrado por el mar", cuenta emocionada.

Finalmente, retornaron a su hogar, sin ninguna esperanza de encontrar a sus mascotas, pero para sorpresa de todos, “Comando”, mojado y con barro, se mantenía en la puerta de la casa, custodiando como siempre lo hizo su casita.

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