Mascotas extrañas hay en todas partes. Pero en la ciudad argentina de Córdoba le dio por adoptar a erizos, que muchas veces son confundidos con puercoespines, una exótica moda que se ha impuesto entre jóvenes estudiantes de entre 18 y 25 años que viven en departamentos
Y aunque cuidar a estos animalitos no es sencillo, según sus dueños vale la pena el sacrificio.
Antes los cordobeses tuvieron iguanas, tarántulas, hurones y serpientes, y ahora es el tiempo del erizo, un híbrido de dos especies salvajes criado en cautiverio para su domesticación.
Su origen es africano, son principalmente insectívoros y son simpáticos y muy pequeños. No superan los 20 centímetros y alcanzan un peso de 300 gramos.
Su principal característica es una armadura exterior repleta de púas que pueden llegar a medir hasta 2,5 centímetros. Como son muy miedosos, cuando se sienten amenazados inflan esas puntas y se hacen una bolita, ocultando su cara y torso. Pero, a diferencia del puercoespín, no las usan como arma para defenderse. Si son bien cuidados, su esperanza de vida es de seis años.