Sri Lanka destruye 359 colmillos de elefante para dar el ejemplo

Sri Lanka destruyó 359 colmillos de elefante africano, más de una tonelada y media, valorados en cerca de 2,7 millones de dólares en el mercado negro de marfil, para dar ejemplo en la lucha contra la caza ilegal y el contrabando de animales, en coincidencia con el Día Internacional de Fronteras.

"Es un acontecimiento importante", declaró en Colombo el secretario general de la Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Salvajes de Fauna y Flora (CITES), John E. Scanlon, al señalar que hay "esfuerzos colectivos globales en marcha para combatir el comercio ilegal de vida salvaje",

La destrucción de estos 1.529 kilos de marfil pretende llamar la atención "local, nacional y global sobre el comercio devastador e ilegal de marfil y la determinación de Sri Lanka y la comunidad global de acabar con él", subrayó en su intervención en el acto el responsable del secretariado de CITES.

El marfil fue triturado en una explanada frente al mar en Colombo antes de ser incinerado en una fábrica de cemento a las afueras, tras una ceremonia budista de bendición para los elefantes sacrificados a la que también asistieron representantes de otras religiones con presencia en la isla asiática.

Los colmillos ya machacados han sido llevados a la planta de cemento bajo protección de aduanas "para asegurar que no sale ninguna de las partes", manifestó a Efe un portavoz del servicio aduanero de Sri Lanka, Leslie Gamini.

Caza furtiva

Los colmillos fueron decomisados en 2012 en Colombo en un barco procedente de Kenia que se dirigía a Dubai y las pruebas de ADN constataron que procedían de elefantes de Tanzania y Mozambique.

El acuerdo CITES prohíbe el comercio transfronterizo de marfil, aunque se calcula que solo se detecta en las fronteras el 10 % de su tráfico ilegal, que tiene en Asia uno de sus principales mercados por su demanda en medicina tradicional y como artículo de lujo.

La caza furtiva de elefantes ha descendido en África poco a poco desde el punto álgido que alcanzó en 2011, pero aun así cerca de 30.000 paquidermos son sacrificados cada año en el continente por traficantes de marfil y los expertos creen que el descenso está relacionado con la disminución de la población de estos animales.

Tanzania y Mozambique han perdido la mitad de su población de paquidermos en los últimos seis años a causa del tráfico ilegal de marfil, por lo que desde Naciones Unidas se les ha pedido que tomen medidas rotundas contra esa caza furtiva.

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