Stephen Ettinger, neoyorquino de nacimiento, pasó los mejores veranos de su vida en la casa que sus padres tenían en Pensilvania. ¿Las vacaciones lo ponían felizx?x Nada de eso. Las granjas locales le permitieron despertar el interés de una profesión que lo acompañó toda su vida: ser veterinario.
Sus estudios lo llevaron a transitar distintas etapas, influenciadas directamente por sus curiosidades. La medicina corporativa y la patología fueron su primera elección, pero los animales pequeños lo pudieron aún más. "No es fácil darle recomendaciones a una persona que está por tener su primera mascota. La pregunta sí es sencilla, pero la respuesta resulta complicada. La edad del animal, la condición de salud, el tamaño y otros factores deben ser considerados con la misma vara", dijo el doctor Ettinger.
"Sí me gustaría remarcar que hay tres errores que los dueños -ya no importa si son primerizos- cometen con sus mascotas y es fundamental que los modifiquen. Muchas veces las personas son honestas y tienen buenas intenciones con sus perros o gatos, pero sin embargo fallan. Una dieta de mala calidad, un plan de vacunas que no se da (a esto se le suma la importancia de evitar pulgas y garrapatas) y una baja carga afectiva de los humanos hacia los animales, puede dificultar el crecimiento de estos", explicó el médico, doctorado en cardiología canina, quien subrayó que "la mayoría de los perros y gatos tienen los mismos parásitos. Y siempre -a cualquier edad- hay que prevenir garrapatas y pulgas, que presentan importantes riesgos para la salud".
El énfasis está puesto en el cuidado que se le da al animal desde su nacimiento. "Un perro chico y uno grande exigen diferencias en su alimentación. Por ejemplo, de calcio. Darle demasiado a un perro es potencialmente peligroso. Cuando llegan a determinada edad, la clave pasa por reducir algunos nutrientes y otorgarles otro nivel de grasas, proteínas e hidratos de carbono diseñados específicamente para ellos", recomendó Ettinger, que fue invitado a Argentina.
Un perro como protección del hogar
"Algunos perros quedan en una situación en la que sólo sirven para proteger el perímetro de la vivienda de sus dueños. El buen cuidado pasa por estos temas también. Así como los seres humanos experimentan abusos de otros, hay muchas personas que también lo hacen con sus animales. Poner a un perro o la mascota que fuera a ser el guardián de la casa es muy grave", enfatizó el médico estadounidense.
"En general, el vínculo entre humanos y mascotas promueve la salud de ellas. El afecto incluye cuidados de excelente calidad, buenos medicamentos, mejor nutrición, toda la vacunación necesaria y atención a la salud a largo plazo. Comparándolos, el perro exige más que el gato por tener una relación singular con sus dueños", dijo Ettinger.
La ciencia y los animales
"Creo que la ciencia realiza buenas investigaciones, aunque muchas veces están focalizadas únicamente en los vínculos, que son importantes pero a veces dejan en segundo plano otras cuestiones trascendentales", explicó el veterinario.
"Soy médico e investigador y en reiteradas ocasiones, en el campo de estudio, me pongo triste al ver cuestiones a las que no se le puede dar respuestas o soluciones. Considero que -en forma general- cualquier persona sabe qué debe hacer para tener a su animal sano y activo, con el afecto acaparando la salud. Y a veces, aunque aparezca la sensación de culpa, tristeza o depresión, si una familia no es capaz de cuidar una mascota debe soltarlo. Dejar que ese perro o ese gato encuentren nuevos dueños y consigan un mejor estándar de vida", concluyó Settinger.