Un rudo golpe recibió el instinto cazador de estos gatitos, que se relamían los bigotes mientras observaban a un pajarito en las afueras de la casa.
Es que no contaban con la llegada de un intruso y sus reacciones así lo comprueban.
Un rudo golpe recibió el instinto cazador de estos gatitos, que se relamían los bigotes mientras observaban a un pajarito en las afueras de la casa.
Es que no contaban con la llegada de un intruso y sus reacciones así lo comprueban.