Belinda Soledad Medina siempre quiso estudiar soldadura, pero su intención tardó en llegar hasta el nacimiento de su hija, la motivación que necesitó para entrar de lleno a un rubro que la apasiona.
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Hay maestras que ingresan al mundo de la construcción por necesidad, otras por casualidad, pero el caso de Belinda Soledad Medina (41) se dio de forma innata. Y es que esta mujer trabajadora siempre quiso estudiar soldadura.
"Siempre me gustó el trabajo con materiales, mi padre era maestro autodidacta y mi mamá es reparadora de calzado. Así que siempre estuve en contexto de oficios, además me gustaba mucho el arte, las esculturas", cuenta.
Cuando era más joven, Belinda intentó estudiar soldadura, que es lo que más quería, pero su familia en un principio se opuso. Terminó estudiando en el Liceo Darío Salas, que es científico humanista, pero n tenía ninguna intención de entrar a la universidad. Quería ser soldadora.
Y no fue hasta el nacimiento de su hija, el motivo perfecto que tuvo para motivarse y entrar de lleno al rubro de la construcción. Entró a estudiar para ser soldadora y aprobó todo. Hizo la práctica y con el tiempo se hizo independiente, porque no tenía intención de trabajar "apatronada".
"Al principio fue lento el proceso de ganarme clientela. Primero empecé con amigos y familiares y de ahí di el salto a más gente", cuenta.
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Hoy en día tiene una pyme de construcción junto a su esposo, David González Silva. Su emprendimiento se llama Kraken multiservicios, en donde además de la soldadura, aprendió a poner cerámicas y piso flotante.
Pese a que el trabajo más pesado o que requiere mayor capacidad física lo hace su esposo, ella cuenta que pone su sello en la delicadeza y preocupación por los detalles. "Me preocupo por la limpieza del espacio de trabajo, el respeto y cariño por el hogar en que se está trabajando. Por lo general los maestros no contemplan eso en sus trabajos", concluye.
El Facebook de Kraken Multiservicios lo puedes encontrar en este enlace.
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