La historia de Betzabeth Sepúlveda es digna de aplaudir: comenzó a trabajar como jornal de aseo en una obra a los 24 años de edad con ya seis hijos en sus brazos. Dos décadas después, es maestra en terminaciones y se sigue capacitando.
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Un esfuerzo sobrehumano es lo que vivió Betzabeth Sepúlveda (45) durante años. En medio de la crisis económica que se vivía en Chile a comienzos de los 2000', su ex marido se quedó sin trabajo, teniendo que echarse el equipo al hombro saliendo a buscar trabajo.
Y cuando hablamos de equipo, es casi literalmente: Betzabeth es madre de siete hijos, y, cuando comenzó a trabajar como jornal de aseo en la construcción por necesidad, ya tenía a seis de esos pequeños.
"En ese tiempo dormía la nada misma. Me acostaba a las 4.00 am mudando a mis hijos, lavando ropa y pañales de género. Ya a las 7.00 am tenía que estar en pie porque entrábamos a las 8.00 a la obra. Pero como siempre digo, todo esfuerzo tiene su recompensa", relata Sepúlveda a La Cuarta.
Agrega que "fue sumamente difícil, porque tenía que dar tiempo a mi trabajo, y a la responsabilidad que tenía en mi hogar. Todos mis niños estaban chiquititos. Así que de mis ojos salieron hartas lágrimas al principio".
La oriunda de Playa Ancha, Región de Valparaíso, supo cómo crecer en el rubro a punta de esfuerzo y sudor. Si bien comenzó como jornal de aseo, de a poco fue aprendiendo las labores de construcción. Al tiempo se convirtió en maestra de terminaciones y en ayudante de maestro.
"Uno aprende mucho trabajando en construcción y de todos los rubros acá uno gana muy bien. Requiere de un gran esfuerzo, pero por suerte me pude adaptar rápidamente", cuenta.
Con más de 20 años de trabajo en construcción, Betzabeth cree que una de las claves del éxito en el rubro es la capacitación.
"El hecho de que te capacites y muestren un cartón que acredite que tú sí sabes realizar ciertas labores, te ayuda un montón, porque así se valoriza mucho más tu trabajo", asegura.
Muchos podrían preguntarse si con siete retoños tiró la toalla alguna vez. Pero no: en la actualidad, todos sus hijos son mayores de edad, y dos de ellos están estudiando carreras ligadas a la construcción.
Además, esta maestra trabaja diariamente en su obra de construcción, pero también se gana la vida con uno que otro trabajo independiente.
Para finalizar, se dio el tiempo de dar algunos consejos a aquellos jóvenes y mujeres que estén ad portas de dar este paso para entrar a la construcción.
"Perseveren. Las mujeres podemos seguir adelante, ya no solamente pueden ser amas de casa, son bienvenidas en la construcción. tengan paciencia, y tómenle amor y cariño a lo que hacen", señala.
"La construcción es como un diamante en bruto: te pasan que no tiene forma, pero tú lo vas puliendo poco a poco y se convierte en algo precioso, con un valor inmenso" cierra la maestra.